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Analistas 24/02/2022

La Ocde y el proteccionismo agrícola

Sebastián Trujillo
Exnegociador de la Ocde
La República Más

Subir los aranceles (impuestos a las importaciones) para los alimentos, con el fin de “proteger a los productores del agro” no va a mejorar las condiciones de vida de ningún colombiano. De hecho, el sector agrícola colombiano es, y ha sido por muchos años, uno de los más protegidos y apoyados del mundo, y al igual que ha sucedido en el resto de países, la protección ha tenido impacto nulo en el crecimiento del sector.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos -Ocde- mide todo el apoyo que los países dan al sector agrícola. Este valor incluye: ayudas presupuestales al sector (créditos, y subsidios directos); provisión de bienes públicos (educación, extensionismo e infraestructura); y mayores precios pagados por los consumidores, originados en protección (aranceles, franjas de precios y otras medidas no arancelarias).
El apoyo total que recibió la agricultura colombiana para 2020 fue de 1,2% del PIB. Este mismo valor fue 0,6% para la Unión Europea, 0,2% para los Estados Unidos y 0,9% para el promedio de países Ocde (Agricultural Policy Monitoring Ocde, 2021).

Sin duda, los países desarrollados tienen sectores agrícolas pequeños relativos al tamaño de sus economías, y por tanto, sus ayudas al sector son también pequeñas cuando se les compara con el tamaño total de la economía.

Por lo anterior, vale la pena mirar las ayudas al sector agrícola, pero ahora como proporción del ingreso bruto de los agricultores. De $100 brutos que recibe un agricultor colombiano promedio por la venta de sus productos, de acuerdo con la Ocde, $13 provienen de ayudas del Gobierno -a comienzos de la década pasada, eran $24 -. Para Estados Unidos este mismo valor es $11, para la Unión Europea $14, y para el promedio Ocde es $10.

De esos $13 que recibe el agricultor como ayuda, dos provienen de créditos y subsidios directos; y la mayoría, es decir $11, provienen de aranceles y barreras no arancelarias, que aumentan el precio que recibe el productor. Lo anterior ha llevado a que entre 2018 y 2020, el precio que pagan las familias colombianas por los alimentos sea 14% mayor que el precio internacional (Agricultural Policy Monitoring Ocde, 2021). Mientras tanto, este sobreprecio o diferencial, equivale a 0,6% en México, y 0,7% en Costa Rica. Cómo ha demostrado un estudio de Fedesarrollo, bajar estos aranceles para eliminar este sobreprecio, haría que 1,2 millones de personas salgan de la pobreza y 443.000 salgan de la pobreza extrema.

Milagros como el de los aguacates hass, o las flores y el banano, no requirieron de ninguna protección arancelaria. Por el contrario, el éxito de estos sectores ha dependido del acceso a mercados internacionales. En 2020 el Gobierno consiguió acceso sanitario y fitosanitario a 18 productos en 10 mercados diferentes, abriendo así las posibilidades para aumentar las exportaciones y de esta manera el crecimiento del sector. Por ahí es la cosa: abriendo mercados, no cerrándolos.

Por último, y como condición sine qua non para mejorar la competitividad del agro colombiano, la Ocde, reconociendo los avances de Colombia, recomienda la clásica pero vencedora receta que ha funcionado en todos los países: inversiones en infraestructura de transporte para el agro; distritos de riego; investigación y desarrollo; extensionismo; educación rural; y asistencia técnica.

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