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Analistas 17/03/2021

El acelerador de la inclusión financiera está en la transformación del perfil de riesgo

Analista LR

Actualmente la población bancarizada en Colombia es del 82%, siendo esta una excelente cifra en comparación con otros países de la región, sin embargo solo el 36% de estos cuenta con un producto de crédito. Este gap entre la necesidad de crédito y capital disponible para población no bancarizada en el mercado ha incrementado el foco de las instituciones financieras y fintechs hacia el desarrollo de productos de microcrédito siendo uno de los mecanismos de fomento de la actividad empresarial con mayor crecimiento en Colombia y América Latina.

El surgimiento de estos productos financieros responde a las necesidades de financiación de comerciantes informales, tenderos, agricultores, entre otros, que por lo general buscan acceso a capital de trabajo, este target ha adquirido importancia en la medida en que componen un 47% de la actividad económica informal, según el DANE, y pueden contribuir en gran parte a la generación de empleo.

Uno de los retos más grandes en la región para estas entidades enfocadas en los microcréditos ha sido la falta de fuentes de acceso a data suficientemente confiable para adaptar su motor de hipótesis de riesgo al consumo y validación de atributos que permitan sacar un perfil crediticio para esta población sin elevar la cartera a índices que dejen de ser rentables.

El diseño de los productos financieros que corresponden a este segmento requiere la estructuración de un fuente colaborativa de data emitida por entidades relevantes que ayuden a conocer al cliente desde una perspectiva diferente a su comportamiento crediticio. Esta inclusión de nuevos atributos en la evaluación del cliente pueden ser aportados por todas las partes de interés de la cadena de valor, terceros validadores como cajas de compensación, redes de pago físicas, agremiaciones, empresas de servicios públicos, telcos, gobierno, entre otros. Estos podrán aportar atributos como su ubicación (rural o urbana), el sector económico al que corresponde su actividad, su trayectoria en el mercado y el tipo de producto o servicio que ofrecen sus microempresas (Ledgerwood, 1999).

Hoy un modelo de aprobación de crédito consume data que proveen las centrales de riesgo tradicionales, data que no habla de la población sin experiencia crediticia. La construcción de un modelo de atributos cualitativos o cuantitativos emitidos por terceros relevantes en el mercado facilita el acceso al sistema de los no bancarizados y agiliza los procesos de colocación de entidades enfocadas en la atención de esta población. Si en Colombia y en la región no empezamos a crear modelos flexibles y colaborativos no tendremos herramientas para cerrar esta brecha en la inclusión financiera.

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