.
Analistas 18/09/2019

Señales positivas

Santiago Castro Gómez
Expresidente de Asobancaria

El cumplimiento de las metas del Gobierno en materia de crecimiento económico y recaudo tributario dependerá del comportamiento de la economía en el segundo semestre del año. Por fortuna, varios indicadores adelantados sugieren una aceleración en las actividades relacionadas con industria y comercio, señales que acompañan una mayor probabilidad de lograr un crecimiento del PIB superior a 3% para el cierre de 2019.

En primer lugar, la producción industrial en julio creció a tasas cercanas a 3,5%, una cifra que no se observaba desde finales de 2018 y que supera con creces el crecimiento promedio a lo largo del año (1,8%). Las industrias que más contribuyeron a este comportamiento favorable están asociadas a la elaboración de bebidas, productos farmacéuticos, papel y cartón, sectores que también contribuyen a la generación de empleo.

A su vez, las ventas industriales, que registraron una variación cercana a 5,3% anual en julio, muestran un dinamismo que esperamos se mantenga en los siguientes meses. Esta cifra, además de ser la más alta del año, supera el crecimiento de la producción industrial y supone una desacumulación de inventarios, un hecho que tendría que compensarse con una mayor producción en los siguientes meses.

La Encuesta de Opinión Empresarial (EOE) de Fedesarrollo confirma aún más el esperado repunte de la actividad productiva. El Índice de Confianza Industrial de julio mantiene la tendencia positiva que ha venido demostrando desde marzo y establece no solo altas expectativas de producción para el próximo trimestre sino mejoras en el volumen actual de pedidos. Estos hechos se verían reflejados en los resultados de la industria en el tercer y cuarto trimestre del año.

En materia comercio, las ventas reales del comercio minorista registraron en julio crecimientos anuales de 9,2%, jalonados por el crecimiento de 14 de los 15 grupos de mercancías. El importante dinamismo, explicado en buena parte por el buen desempeño de los bienes durables, indica una mejora en las perspectivas de la demanda interna y una mayor confianza en las condiciones económicas.

No obstante, a diferencia de la EOE, los resultados del Índice de Confianza del Consumidor (ICC), también de Fedesarrollo, no reflejan la dinámica que se viene observando en el comercio, pues dicho índice continúa mostrando resultados débiles en lo corrido de año. En este punto, resulta llamativa la falta de alineación entre las perspectivas de confianza y la materialización del consumo; de hecho, la correlación entre el ICC y el crecimiento anual del consumo de los hogares, que bordeó cerca de 80% entre 2006 y 2015, disminuyó a niveles cercanos a 65% en el último año. Si bien esto no es necesariamente una señal negativa, nos invita a continuar monitoreando de cerca la dinámica de los indicadores adelantados de demanda y consumo privado.

En suma, los indicadores líderes en materia de producción industrial y comercio que se conocieron recientemente señalan un mayor dinamismo, lo que permite tener hoy una postura más optimista para el crecimiento económico local del segundo semestre del año. No obstante, si bien estas señales positivas indican mayores probabilidades de superar (de forma moderada) las expectativas del grueso del mercado, insinúan también la necesidad de hacer un seguimiento juicioso a la dinámica de la confianza de los hogares, hoy en aparente desalineación con la recuperación de la demanda interna.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA