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Analistas 14/11/2018

Fintech y retos regulatorios

Santiago Castro Gómez
Expresidente de Asobancaria

La globalización financiera y el avance de la tecnología están transformando constantemente la forma en que vivimos e interactuamos. Hoy por hoy tenemos al alcance de nuestra mano redes sociales y la posibilidad de hacer múltiples transacciones en línea, como pagar servicios públicos, comprar productos, e incluso solicitar préstamos.

La familiaridad que tienen hoy los consumidores con el mundo digital exige a las empresas innovar permanentemente en los productos y servicios que proveen, de tal forma que brinden al público inmediatez en la información, una amplia variedad de productos, así como protección de sus datos personales.

La tecnología, que ha incursionado en todos los sectores de la economía, incluyendo desde luego el sector financiero, ha permitido el surgimiento de un nuevo participante en el sector: la industria Fintech, un concepto que engloba las palabras ‘finance’ y ‘technology’, y que hace referencia a modelos de negocio que aplican soluciones de tecnología al sector financiero. Estas empresas han llegado a numerosos países, entre ellos Colombia, para ofrecer al usuario una mejor experiencia en numerosas transacciones que van desde pagos, remesas y préstamos hasta la gestión de finanzas empresariales.

Las Fintech, al proveer servicios que tradicionalmente eran ofrecidos por instituciones financieras, han entrado a competir en la industria y han promovido el inicio de un proceso de adaptación y transición hacia una digitalización de las transacciones, pues la llegada de nuevos participantes al sistema promete complementar los servicios ofrecidos por la banca y desarrollar sinergias que permitan que día a día un mayor número de personas acceda a productos financieros y hagan un uso activo de los mismos.

En este escenario, la incursión de nuevos participantes en el ecosistema no solo ha representado un desafío para el sector financiero de los países, sino que ha puesto de manifiesto la necesidad de actualizar la regulación existente con el propósito de permitir la entrada de nuevos jugadores, sin que ello vaya en detrimento de la estabilidad y crecimiento del sector.

Por ello, numerosos países han implementado dentro de sus esquemas normativos mecanismos regulatorios diversos, entre los que se encuentran equipos de dedicación exclusiva a la industria Fintech, regulación para segmentos específicos de estas empresas y ‘sandboxes’ o bancos de pruebas regulatorios. Este último mecanismo es particularmente atractivo, ya que permite que estas empresas innovadoras operen durante un tiempo limitado con un número específico de clientes, bajo condiciones determinadas por el ente regulador.

Colombia no ha sido ajeno a esta situación y de allí que los entes reguladores del país se encuentren trabajando en herramientas que prometen consolidar un marco regulatorio que promueva el apoyo a los avances tecnológicos aplicados a los servicios financieros en un espacio controlado y supervisado.

Sin embargo, la incursión de la tecnología en el sector financiero, que tiene hoy el potencial de generar grandes réditos, conlleva también cambios considerables en materia regulatoria. En efecto, si bien hay que resaltar que en el caso colombiano los avances alcanzados, particularmente en materia de ‘Sandbox’ regulatorios, apuntan en la dirección correcta, se requiere una mayor escalabilidad regulatoria, más coordinación interinstitucional y la adopción de buenas prácticas internacionales observadas en esta materia.

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