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Analistas 14/10/2020

Desarrollo sostenible y reactivación

Santiago Castro Gómez
Expresidente de Asobancaria

En 2012, los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adhirieron a una ambiciosa hoja de ruta en aras de implementar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Para materializar dicha iniciativa, cada gobierno partícipe debe dar cumplimiento a un conjunto de 17 objetivos globales y 169 metas en materia económica, social y ambiental a corte del año 2030.

El Estado colombiano, comprometido con erradicar la pobreza, proteger al medioambiente y garantizar una mayor prosperidad para todos sus habitantes, definió diversas estrategias para alcanzar los ODS recopiladas en el Conpes 3918, lo que ha permitido materializar avances que han ido a la par del crecimiento económico del país en los últimos años. No obstante, la irrupción de la pandemia supuso grandes retos para cumplir con las metas trazadas.

De acuerdo con la ONU, el efecto del covid-19 sobre el mercado laboral, las cadenas de suministro y, en general, sobre el tejido productivo global, no solo reducirá la celeridad con la que se estaba dando cumplimiento a los ODS, sino que incluso llevaría a que generen retrocesos significativos en varios frentes.

En principio, el efecto negativo estaría concentrado, en mayor medida, en el ODS 3, asociado a salud y bienestar, así como en el ODS 4, que hace referencia a la provisión de educación de calidad. Frente a este último, las nuevas tendencias hacia la virtualización han ido en detrimento de los segmentos de población más vulnerables dado que estos en muchas ocasiones no cuentan con equipos ni acceso a internet que les permitan continuar con sus procesos de aprendizaje.

Asimismo, el deterioro del mercado laboral y el menor dinamismo económico causados por la pandemia podrían impedir, en los plazos establecidos, el cumplimiento de los ODS relacionados con la disminución de la pobreza, la desigualdad y la equidad de género.

Incluso, el desarrollo de proyectos que buscan la mitigación del cambio climático y la masificación de fuentes de energía renovable, que en un primer momento se pudieron ver favorecidos por la disminución de la producción industrial y el transporte vehicular, actualmente también pueden verse afectados por los bajos precios de los combustibles fósiles que desincentivan la diversificación de la matriz energética.

En este contexto, se hace prioritario que el sector privado trabaje de manera mancomunada con las entidades gubernamentales para iniciar una estrategia que ayude a dar continuidad a los ODS. Al respecto, si bien los esfuerzos nacionales y locales para dar pie a la reactivación económica han ido en la dirección correcta, es importante que la agenda incluya iniciativas que enfaticen y promuevan el crecimiento verde, con metas y compromisos puntuales que permitan avanzar en el desarrollo sostenible.

En esta línea, algunos países como Canadá y Francia han venido incluyendo un enfoque sostenible en sus paquetes de estímulo fiscal, a lo que se suman las iniciativas de sectores como el financiero para impulsar el financiamiento de proyectos verdes, tanto con el otorgamiento de crédito como con la estructuración de títulos de renta fija.

Asimismo, es indiscutible que, para que Colombia pueda dar cumplimiento a los ODS en 2030, se requiere de un gran esfuerzo y compromiso por parte de todos los actores de la sociedad. Para ello será imperativo que los gobiernos, tanto nacionales como regionales, implementen una hoja de ruta para la recuperación económica del país que contemple y vaya en línea con la caracterización de los objetivos definidos por la ONU.

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