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Analistas 18/03/2023

Su enemigo es su Twitter

Santiago Angel

Señor Presidente, durante las últimas semanas sus cuestionamientos a la prensa han pasado de tono. Usted debe entender más temprano que tarde que ser presidente significa representar a las instituciones y al Estado. La labor de la prensa crítica que se hace con independencia del poder no puede ser confundida con la oposición y tampoco puede usted graduarnos a los periodistas de enemigos.

Hay dos problemas fundamentales en su estrategia. Se parece mucho a Donald Trump en la forma de gobernar por Twitter. En su libro “Fear” sobre la Casa Blanca durante la administración Trump, el reconocido periodista, Bob Woodward, refiere la ansiedad de los asesores y el equipo de Trump por sus reacciones impulsivas en Twitter de manera permanente y sobre temas que incluso tenían que ver con la seguridad nacional de los Estados Unidos.

Los asesores de Trump llegaban a esconderle documentos para que este los olvidara y no los firmara; también le sugerían constantemente que su estrategia de comunicaciones no pasara por Twitter. Todo fue un esfuerzo perdido.

Entre más le decían que era mejor la comunicación gubernamental oficial, Trump más declaraba enemigos, llamaba a todos los medios que lo cuestionaban propagadores de “fake news”, y tenía controversias con otros jefes de Estado, a los que amenazaba con tweets. La seguridad del mundo en vilo en 140 caracteres.

Lejos del fondo, usted se parece mucho en las formas a Trump. Rectifica a medios a los que acusa de desinformar permanentemente, tiene controversias con otros jefes de Estado, y le da relevancia a líderes de la oposición con los que termina enfrentándose de “tú a tú” como por una golosina.

Señor Presidente, usted es el representante del Estado colombiano, no un activista que se confronta con todo el mundo y se enfrasca en discusiones ácidas señalando a enemigos y culpables de cualquier cosa en cada trino.
Señalar a la prensa de hacer una canallada, como lo hizo con La Silla Vacía, no es solo un improperio, sino que es un hecho de violencia semántica que puede trascender a la violencia física contra periodistas.

Al decir que un medio hace “canalladas”, usted envía un mensaje nefasto de legitimación de la violencia semántica a sus seguidores más radicales. Aunque sobre la publicación sin autorización de la foto de una hija menor suya puede tener razón, su mensaje termina siendo mucho más problemático que el hecho mismo del error.

Ningún tipo de violencia puede ser un argumento contra la prensa. Su deber constitucional, además consignado en tratados internacionales, es garantizar la libertad de prensa y de expresión. Sabe bien usted que sin prensa no es posible la democracia liberal.

Colombia es un país de buenos periodistas y la relación con los medios no debe ser en ningún caso de oposición. Tiene que haber garantías desde Palacio y justicia y equilibrio desde los medios. El caso de La Silla no es el único. Usted constantemente toma trinos de periodistas para confrontarlos.

Señor Presidente, el primero en desinformar en múltiples ocasiones ha sido usted, lo que es francamente vergonzoso. Su Twitter, con más de 6 millones de seguidores, no puede ser un reproductor de fotos falsas de hospitales para agregar argumentos a la reforma a la salud, para solo mencionar un caso.

Los asesores de Palacio no deben enviar mensajes intimidantes, ni saludos a los periodistas con sus jefes.
No declare a la prensa enemiga, señor Presidente, que el problema puede ser en cambio su temperamento impulsivo en Twitter. Sea un gobernante maduro; no se parezca a Trump.

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