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Analistas 16/03/2019

Nuevas Tecnologías, ¿mayor crecimiento?

Sandra Berthelot
Analista económico
Analista LR

Las economías latino-americanas están atravesando varios cambios y un de las principales desafíos es la transformación digital de sus economías. América Latina y el Caribe es una de las regiones donde el uso de internet ha tenido el crecimiento más rápido de los últimos cinco años. En cada sector, agronegocios, energías, comercio, infraestructura y logística, finanzas, transparencia y no sin importancia el sector público, la digitalización está transformando cada uno de ellos. El economista Joseph Shumpeter con la famosa teoría destrucción creativa en 1942 está todavía actualizada: hay empleos que ya no existan más y nuevos son y serán creados.

Lo que es cierto es que las economías deben preparar la transición que ya empiezo y lograr hasta un crecimiento digital significativo y sostenible. La revolución digital no solo está aumentando la productividad y el crecimiento económico sino que además está moldeando los patrones de comercio en las Américas a medida que surgen nuevas economías de escala. Como resultado, los emprendedores y las empresas están innovando y construyendo nuevos servicios y plataformas. La región tiene la oportunidad de aprovechar las tendencias y este crecimiento, por lo que, en primer lugar, debe respaldar la adopción de medios digitales en la región, impulsando alianzas entre los sectores público y privado que apoyen la integración digital regional y den prioridad al desarrollo de una economía digital sostenible.

De hecho, varios desafíos están presentes tanto al nivel de las áreas digitales en ellas mismas y también en las nuevas brechas sociales que están reflejando la realidad social de las economías. La transformación en las economías digitales debe acompañarse en políticas públicas educativas de alta nivel para asegurar la transición digital. Sin eficientes políticas públicas e incentivas privadas, el capital humano está en riesgo en la transformación en economías digitales. Una de las recomendaciones es de mejorar la calidad de la educación y la capacitación en América Latina y el Caribe y tomar medidas para reducir la brecha de habilidades mediante el aumento de su relevancia en el mercado, además de ajustarlas a las necesidades actuales y futuras de las empresas, con especial enfoque en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Esta transición digital está en todos los sectores de la económica y ya que las brechas sociales existen todavía, este cambio tecnológico puede acelerar la desigualdad en el mercado laboral tanto en el acceso a una educación como en su acceso. El caso de la desigualdad de género en la región latino-americana también está más que presente así que las políticas públicas tengan que poner en adecuación más acciones para incluir la perspectiva de género, desde le educación hasta el mercado y formación continua.

A continuación, los Gobiernos y sectores públicos también, tienen que fortalecer los mecanismos de gobierno abierto para que incluyan la transparencia, la participación y la colaboración ciudadana y los sistemas de integridad pública como parte de una política integral destinada a aumentar la confianza en los gobiernos y la democracia. Empíricamente la evidencia demuestra que la falta de transparencia e integridad puede afectar la productividad y el crecimiento económico de un país. Para concluir, la calidad institucional y el mercado laboral en adecuación con la demanda, son fundamentales para mejorar la prestación efectiva de los servicios privados y públicos, así como para crear un clima de negocios que promueva la inversión y sostiene el crecimiento económico a largo plazo.

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