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Analistas 31/07/2013

Noventa años del Banco de la República

Rodrigo Botero Montoya
Exministro de Hacienda
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Al cumplirse 90 años de la fundación del banco central colombiano, resulta oportuno hacer unas reflexiones acerca de una entidad que cumple con esmero funciones relacionadas con la política monetaria, crediticia y cambiaria. Algunas de sus actividades se asemejan a las de un centro de estudios o una facultad de economía. Parte de sus labores de investigación se llevan a cabo en las sucursales de Cartagena, Medellín y Cali, en temas relacionados con economías regionales, mercado laboral, industria y sector externo. El programa de becas para estudios de posgrado en el exterior ha contribuido a elevar la calidad de las políticas públicas.  
 
El Banco actúa como asesor de alto nivel del gobierno y como parte integral del equipo económico. Mantiene una estrecha relación con los mercados de capitales y con los organismos internacionales. Los pronunciamientos de sus directivos mueven los mercados y condicionan las decisiones de los agentes económicos. Es un elemento esencial del ordenamiento institucional del Estado, pero no hace parte de ninguno de los tres poderes.
 
La naturaleza de sus responsabilidades hace necesario disponer de un conjunto de profesionales con una rigurosa formación académica, reclutados y promovidos en forma meritocrática. Puede afirmarse que el Banco es percibido como el buque insignia de la tecnocracia estatal. En términos de sus funciones, sus investigaciones y sus labores de divulgación, el Banco de la República exhibe los rasgos clásicos de un banco central moderno. 
 
En esa capacidad, y gracias a su independencia, el banco ha dado pruebas de su eficacia, suministrándole a la economía una moneda sana y un ritmo de inflación bajo y estable. 
 
Este logro representa una contribución significativa al bienestar de los hogares y a la protección del ahorro nacional. Por ser  algo que se da por sentado, su trascendencia tiende a subestimarse. Tal como sucede con la buena salud, la importancia que tiene un nivel de precios estable, solo se aprecia en forma adecuada cuando se ha perdido.   
 
El manejo acertado de la política monetaria les permite a las empresas y a las familias hacer planes de largo plazo.  La experiencia de los últimos años demuestra la credibilidad que inspira el Banco respecto al compromiso de luchar contra la inflación. Esa credibilidad es un activo de gran valor. Como afirma el gobernador del Banco Central Europeo, Mario Draghi: “Ganar credibilidad es un proceso largo y laborioso. Mantenerla es un reto permanente. Pero la credibilidad se puede perder con rapidez. Y la historia enseña que recobrarla tiene enormes costos económicos y sociales”.
 
Algunas de las tareas del Emisor que la sociedad valora difieren de las que se consideran como típicas de un banco central. El Banco tiene el apoyo de sectores de opinión poco familiarizados con los temas financieros, por sus actividades como promotor cultural. El estímulo a las artes plásticas, a la música clásica, la red de bibliotecas, los museos y la arqueología, son ejemplos de los aportes del Banco a la vida cultural del país.
 
 

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