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Analistas 22/12/2017

Si cambian los vientos, hay que ajustar las velas

Rodolfo Bayona Plata
Presidente del Grupo Orbis
Analista LR

2017 fue un año de resultados mezclado para Colombia. Desde el Grupo Orbis logramos avances relevantes en la transformación de nuestras capacidades productivas en Colombia que nos permiten agregar mayor valor a nuestros clientes al actualizar nuestras capacidades de desarrollar soluciones diferenciadas y sostenibles. Este año iniciamos producción de la planta de Otek en Cartagena, las más modernas para la producción de tuberías de PRFV (Plásticos Reforzado con Fibra de Vidrio) de las américas con una inversión de U$ 20 millones. Continuamos con la expansión de la planta de Andercol en Cartagena que tendrá capacidad de 65.000 toneladas e iniciamos construcción de una tercera planta en Cartagena para aditivos de alimentos que debe comenzar producción en mayo 2018. Este nivel de inversión demuestra la confianza del Grupo Orbis en Colombia.

Creemos en Colombia, en su gente y su pujanza. Como tercer grupo industrial del país, manifestamos nuestra preocupación por la caída en la demanda y el crecimiento del país. La gran apuesta en proyectos en infraestructura no se ha materializado como jalonador de crecimiento real. Esto, aunado a la falta de confianza de los consumidores debido a múltiples causas como escándalos de corrupción, reforma tributaria e incertidumbre política, hace que los resultados estén por debajo de las expectativas.

Para el empresariado local una carga tributaria del orden de 70% representa una desventaja difícil de compensar frente a competidores en países vecinos con una carga impositiva significativamente menor. Impuestos como el del patrimonio que no existe en otros países, una legislación laboral poco flexible y onerosa, alta informalidad, condiciones fiscales cambiantes hacen que el “costo Colombia” desnivele el campo de juego en contra del empresariado nacional.

En Orbis nos preocupa la pérdida de competitividad de la industria nacional que se evidencia en la caída de la contribución de la industria en el PIB durante la última década. La reforma tributaria en Estados Unidos que baja los impuestos corporativos en 15% representa otro reto para mantener la competitividad de la industria colombiana y disminuye la atractividad para la inversión extranjera venir al país. Es crítico que el Gobierno revise de forma integral los niveles de tributación e incentivos a la inversión. Hay que reducir el “costo Colombia” y mejorar la competitividad de los industriales. Se debe incentivar la industria exportadora para mejorar la balanza comercial con la renovación de una canasta no minero energético dependiente.

Tenemos confianza que habrá crecimientos prometedores en Brasil, Argentina, México y Perú en 2018 y somos cautelosos sobre Ecuador y Colombia por la incertidumbre política. Seguiremos trabajando por el progreso de Colombia, continuamos invirtiendo en innovación para soportar el crecimiento de nuestros clientes en la región. El país debe recuperar su posición como tierra segura para las inversiones a largo plazo. Tenemos que aprovechar al máximo el relanzamiento de la imagen ante el mundo como un país pujante, con gente capacitada y en paz para concentrarnos en consolidar un crecimiento económico dinámico del orden de 4%. Ante un ambiente externo cambiante e incierto en Colombia debemos ajustar las velas, invertir en productividad e innovación y trabajar de la mano con el gobierno para mejorar la competitividad de la industria nacional.

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