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Analistas 13/10/2016

La sustitución de cultivos ilícitos

Roberto Junguito
Exministro
La República Más
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Según un estudio reciente de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito titulado, Colombia: monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos, la cifra de cultivos de coca en Colombia ha venido registrando un importante incremento. En 2015, se consolidó la tendencia de aumento de los cultivos de coca que se inició en 2013 y por segundo año consecutivo, las hectáreas (ha) sembradas con coca se incrementaron en Colombia, al pasar de 69.000 ha en 2014 a 96.000 ha en 2015, un incremento de 39%. Cuando se analiza la serie histórica de Naciones Unidas se encuentra que para 2001 el área alcanzaba más de 140.000 hectáreas y a partir de 2002 se comenzó a dar una reducción sostenida hasta llegar a un mínimo en el 2013 con cerca de 48.000 hectáreas.

Las comunidades rurales, según el estudio de Naciones Unidas, han encontrado nuevos incentivos para incrementar el área sembrada con coca y menciona, entre estos: un fuerte incremento de los precios que recibieron por la hoja de coca; una reducción en el riesgo asociado con la actividad ilícita, debido a la suspensión de la aspersión aérea y la posibilidad de evitar la erradicación manual mediante bloqueos a la fuerza pública; un posible incremento prospectivo de recibir beneficios como contraprestación por la eliminación de los cultivos de coca, que, de hecho, se consolida en el Punto 4 del Acuerdo de Paz,  y otros elementos coyunturales que afectaron las actividades lícitas y favorecieron las actividades ilícitas; por ejemplo, la crisis del petróleo, la sequía por el fenómeno de El Niño y la reducción general de los esfuerzos en desarrollo alternativo en todo el país.

En relación con el mercado de la hoja de coca, en los territorios afectados se ha evidenciado un importante incremento en los precios de esta al pasar de $2.200 por kilogramo en  2014 a $2.900 en 2015. Este aumento en los precios de la hoja de coca alcanza 32%, constituyó, a su juicio, un fuerte incentivo para los cultivadores, que contribuyó al incremento en las áreas sembradas. 

Es un incremento que parece haber estado estrechamente relacionado con la devaluación de la tasa de cambio en Colombia en esos dos años. Destaca el documento que este incremento en los precios no se reflejó en el precio de la pasta de coca, ni en el de la cocaína. De hecho, los precios internacionales en dólares de estos registró una baja en los mercados internacionales, pues pasaron, según Naciones Unidas, de US$983 a US$732 por kilo para la pasta de coca en Colombia (primera etapa de manufactura) y de US$ 2.269 a US$1.732 por kilo para cocaína (segunda etapa de manufactura) en los mercados internacionales. Esta caída en los precios podría reflejar, precisamente la mayor producción de Colombia.

También comenta el estudio que los diferentes escenarios de negociación, incluyendo los acuerdos de La Habana, la Cumbre Agraria y las negociaciones entre los cultivadores de coca y los gobiernos municipales están generando incentivos por la percepción de los beneficios de los proyectos de desarrollo alternativo que benefician y están dirigidos principalmente a los cultivadores de coca. Estos incentivos pueden estar presionando también el incremento del área sembrada con coca, en particular, subraya el documento, cuando la negociación se hace por familias y no por territorios. Los incentivos oficiales perversos deben evitarse al emprender el Nuevo Programa de Sustitución de Cultivos Ilícitos.

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