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El Grupo Empresarial Antioqueño tuvo ingresos en 2011 por $30 billones y en 2021 por $70, un crecimiento de 233%. Sus utilidades en 2011 fueron de $2,6 billones y en 2021 de $7,6 billones, es decir triplicó las utilidades en 10 años.
Según cifras del Banco Mundial, el ingreso per cápita de Colombia, ajustado según poder adquisitivo, en 2011 fue de US$12.481 y en 2021 fue US$14.705, es decir un crecimiento de solo 18% en 10 años. Por otro lado, la tasa de cambio en 2011 era de $1.942 por dólar y en 2021 de $4.414, equivalente a una devaluación de 100%. El país ha tenido un pobre manejo macroeconómico y como resultado la inversión extranjera directa en Colombia pasó de US$14.647 en 2011, a US$11.299 en 2018 y a US$9.727 en 2021. Los capitales internacionales están perdiendo confianza en Colombia.
Los empresarios tienen la responsabilidad de manejar bien sus empresas: desarrollar planes de crecimiento a largo plazo, diseñar estrategias, atender las necesidades de los consumidores y comportarse con conciencia ambiental y social. La microeconomía depende en buena medida de ellos. Las empresas del GEA, listadas en el Dow Jones Sustainability Index, han mostrado un excelente comportamiento en este rubro, que unido a las cifras de crecimiento y utilidades, son prueba de su manejo sobresaliente.
Los gobiernos tienen la responsabilidad de dar un buen manejo a la economía, promover políticas que faciliten el desarrollo de las personas y de las empresas, que exista una buena oferta de productos y servicios. Mejorar la calidad de vida de la población.
Para tener una moneda estable, la oferta de bienes y servicios local debe superar las necesidades de productos y servicios importados. Para lograrlo, se debe tener estabilidad jurídica, una política de fomento a la inversión (nacional y extranjera), a la producción y exportación de bienes y servicios y por supuesto un plan de educación integral para que los jóvenes desarrollen los conocimientos necesarios para ser competitivos internacionalmente. El manejo de la macroeconomía, responsabilidad de los gobiernos, ha sido un desastre en los últimos años. En especial en el periodo de 2010 a 2018.
Como se lo dijo el expresidente Duque a Vargas Lleras, cuando se enfrentaron en un debate como candidatos a la presidencia: “Usted era el copiloto de un avión que caía en picada y no hizo nada para estabilizarlo”. Pocos lo reconocen, pero Duque frenó la caída.
Desafortunadamente el piloto que hoy maneja nuestro el avión lo quiere poner de nuevo en caída libre, mientras la clase política de manera irresponsable está feliz haciendo cálculos burocráticos, pidiendo dádivas a un gobierno populista, demagogo e irresponsable.
Es una pena que Vargas Lleras, con su aguda vena periodística, yerre criticando a los directivos del GEA, cuando él tiene gran parte de la culpa de la pérdida de la confianza inversionista. Decepcionante que una mente tan brillante, lidere en su partido una posición de tibia independencia, mientras el país cae en el abismo.
El error de los administradores de las empresas del GEA fue crecer sus empresas muy por encima de lo que algunos gobiernos han sido capaces de crecer la economía colombiana.
Nota: Si los directivos de las empresas que hoy forman el GEA no hubieran reaccionado hace 40 años ante las intenciones de Jaime Michelsen, muy seguramente Nutresa no existiría. Hoy con otro Jaime, el riesgo es similar.
