MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
El Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles, Fepc, se diseñó como un instrumento de, como su nombre lo indica, estabilización de precios al consumidor en gasolina y Acpm, teniendo en cuenta los persistentes movimientos internacionales y de tasa de cambio que hay detrás de esos precios. El objetivo es tener precios relativamente estables y acordes con el comportamiento del mercado, evitando fluctuaciones bruscas.
La experiencia de ajustes de precios de combustibles del siglo pasado fue negativa, el país tuvo durante tres décadas inflación de dos dígitos, alcanzando 33% anual, y el ajuste en gasolina era altamente inflamable, este se hacía una vez al año e irremediablemente todos los precios de la economía subían, bajo el argumento de que la gasolina es el combustible que transporta bienes y servicios, había inflación real y el imaginario colectivo la extrapolaba.
Desde finales del siglo pasado, el país usó un procedimiento de ajuste de precios mensual, destinado a controlar la inflación y los desajustes entre los precios interno y externo. Como todo fondo de estabilización, se asume que hay momentos de superávit, cuando el precio interno supera al externo, y este permite cubrir los momentos de déficit, cuando el precio interno es inferior al externo. El ajuste mensual hace que esa brecha tienda a mantenerse controlada.
En 2020, el Gobierno decidió no ajustar los precios internos y permitió que la brecha con los precios externos se abriera, creando un déficit de niveles nunca existente. El Fepc siempre ha sido deficitario, por excepción se nivela o genera algún superávit, así fue hasta 2020, y ese déficit se cubrió siempre con cruce de cuentas con Ecopetrol o aportes mínimos del PGN. Nunca fue representativo en el PIB, porque los precios se ajustaban mensualmente.
Con precios internos congelados, el déficit ascendió a 1% del PIB en 2021, equivalente a $11,4 billones, y llegó a 2,5% del PIB en 2022, eso fue $36,7 billones. En ese estado se hizo empalme de Gobierno, con cuatro situaciones ciertas: i) precios internos de gasolina y Acpm congelados desde enero de 2020, ii) precio internacional al alza, agudizado por pandemia y guerras externas, iii) tasa de cambio en ascenso, producto de la perdida de calificación internacional y mayor costo de la deuda, y iv) inflación al alza, volviendo a dos dígitos.
El ministro Restrepo asegura que dejó el problema del Fepc resuelto, veamos qué hizo. El déficit es una deuda no financiera con Ecopetrol, como es costumbre se paga con un año de retraso y, antes de 7 de agosto/22, pagaron la deuda 2021 y parte de 2022 ($10 billones), lo hicieron con traslados del Presupuesto General de la Nación PGN e instruyeron en el Marco Fiscal de Mediano Plazo que así se resolvía el tema, sin embargo, no establecieron la fuente de financiamiento, solo el rubro del gasto.
La solución del déficit del Fepc no es dejarlo como deuda no financiera pagada desde el PGN, sin fuente de financiamiento, sino corregir la fuente del déficit, que es cerrar la brecha entre los precios interno y externo, eso fue lo que hizo el Gobierno y ajustó mensualmente el precio de la gasolina, entre diciembre/22 y enero/24 y propició un primer ajuste en el del Acpm, a pesar del paro del gremio camionero. Así, bajó el déficit a 1,3% del PIB en 2023 y a 0,5% del PIB en 2024, la solución es cerrar la brecha no desfinanciar y volver más inflexible el PGN.
En un país donde la gente se ha acostumbrado al horror, donde cada semana hay muertos que apenas son cifras en las noticias, esta marcha fue como una sacudida al alma colectiva. Nos recordó que aún somos capaces de reaccionar