Hágale pues

Donde hay un plan A debe haber un plan B y ante el pronóstico del grave impacto en todas las economías debido a las medidas en los Estados Unidos para el control de la inflación (8,2%) se cambiaron las tasas de la Reserva Federal y las tasas de interés; la guerra en Ucrania que derivaron en las sanciones contra Rusia que empezaran a hacerse efectivas la próxima semana; el mantener las restricciones a la producción de crudo acordadas en la Opep y en consecuencia el alza en los precios de gas y petróleo; lo anterior confirma que es estratégico tomar decisiones audaces, creativas y desde el conocimiento y la experiencia.

La fotografía de Colombia es diferente a los países de su liga, (república de régimen democrático en desarrollo y perteneciente a la Ocde), debido a la capacidad resiliente de los empresarios, la agilidad en toma de decisiones para la transformación industrial, el espíritu emprendedor del colombiano de todas las condiciones y los niveles de educación de su población. En cuanto a macroeconomía el país se reconoce por su conocimiento y capacidad instalada para producir energía y derivados de la industria petroquímica y la cadena asociada al gas, petróleo, carbón y minería en general; así mismo por su autosuficiencia en energía, por su manejo ortodoxo de la economía; y en lo político por la credibilidad en las instituciones y democracia a toda prueba. Así mismo se diferencia por sus retos frente a los niveles de pobreza, la ineficiente conectividad, la alta corrupción, los índices de inseguridad y la incertidumbre política.

Si el principal problema que tienen los colombianos en este momento, de acuerdo con el estudio Invamer/ LR de octubre 18, es el desempleo y la economía (38%), resultado este muy por encima del segundo y el tercer problema que son corrupción y orden público / seguridad (18% y 19%), la medicina que hay que aplicar es el fomento e impulso del empleo decente y sostenible con las empresas, particularmente con las asociadas a la construcción de vivienda, de vías, de infraestructura y de insumos, como son la del cemento (minería), hierro (minería), ladrillos (minería), tubos (petróleo y gas), pavimento (petróleo y gas), transporte (minería, petróleo y gas).

Frente al reto de la pobreza y la coyuntura de crisis por la guerra, la recesión y la geopolítica internacional países como Colombia también deben iniciar una estrategia de producción de alimentos pues además de la escases como consecuencia de los actos de guerra, el precio del dólar hace que la canasta básica de alimentos impacte gravemente*. Colombia además que importa el 60% de los alimentos para consumo humano y animal esta también la maquinaria para la adecuación de tierras, el acceso al agua, la siembra, el mantenimiento, la cosecha, el acopio, la conservación y el transporte. Procesos estos que obviamente también necesitan empleados, minería, petróleo y gas para producir desde abonos, hasta empaque, procesamiento y distribución.

En conclusión, los factores críticos de éxito para la solución de la pobreza son la generación de empleo urbano y rural decente, la seguridad alimentaria y la infraestructura. Los determinantes estratégicos son los incentivos para las empresas y los emprendimientos, la autosuficiencia y exportación de insumos derivados de la industria petrolera y minera, las políticas públicas que incentiven el crédito barato, las cadenas logísticas como servicio público y la asistencia técnica oportuna desde los institutos especializados del gobierno (ICA, Sena, Ideam, Secretarias de gobernaciones) en alianza con gremios y cooperativas, y la rendiciones de cuentas con hechos para tranquilizar generar alianzas y abrir caminos de unión.