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Analistas 01/06/2020

Toma de decisión en crisis

Pilar Ibáñez
Consultora bienestar organizacional

La teoría de la toma de decisión enseña que se trata del proceso al que se enfrenta una persona al tener varias opciones. El tema es ¿Qué ocurre cuando las opciones disminuyen debido a una pandemia? Tomar decisiones en tiempos difíciles se ha convertido en todo un arte. Quisiera compartir con ustedes algunas ideas interesantes a tener en cuenta.

En ocasiones no es fácil tomar decisiones por dos razones: la primera, la persona o la organización no tienen claro qué es lo que quieren, por lo que les es difícil identificar realmente cuál es el problema que quieren solucionar. Lo segundo, no saben por qué toman las decisiones como las toman, un tema de falta de autoconocimiento. Explico.

En cualquier proceso de toma de decisión se deben seguir unos pasos: definir el problema; analizar las alternativas; asociar posibles efectos para cada una de ellas; elegir, evaluar. La definición del problema es el paso más importante y vital para poder tomar una decisión. En algunas ocasiones se toman decisiones sin saber si lo que se está haciendo logra solucionar el problema real.

La improvisación, el acelere, la parálisis o bloqueo ante la información que se está analizando son síntomas de no tener claro cuál es el problema. Puede que, por suerte, la acción que se tome sea acertada, pero hay una posibilidad de riesgo altísima en cualquiera de estas opciones.

Segundo, de acuerdo con el tipo de personalidad cada ser humano toma decisiones de una forma diversa, ya que analiza la información desde diferentes puntos de vista. Por ello la importancia del autoconocimiento y autoexploración. No es un secreto que en las empresas hay quienes son arriesgados; los miedosos; los moderados, y los que avanzan con propósito y criterio, más adelante explicaré estos últimos.

Me atrevo a formular algunas preguntas para conocer qué tipo de decisor es. ¿Se considera una persona arriesgada o miedosa?, ¿Cuánto tiempo demora en tomar una decisión?, ¿Pide ayuda, consejos o un punto de vista antes de tomar la decisión?, ¿Procrastina la toma de decisión?, ¿Cuándo ha elegido una opción duda?, ¿Es de los que pide consejos, pero ya sabe desde el inició qué va a hacer?, ¿Si no tiene a nadie para pedir consejo se bloquea?, Si la acción que se tomó no sale bien, ¿qué hace?

Los doctores David G. Rand, Joshua D. Greene y Martin A. Nowak de la Universidad de Harvard condujeron una investigación sobre la toma de decisión y la rapidez de estas, en las empresas donde había gente feliz y en las que no. Hallaron que la toma de decisiones en las empresas donde el personal es feliz son 60% más rápidas y efectivas, que las empresas en las que las personas no son felices.

Es evidente que, de acuerdo con la cultura y jerarquía de una empresa, el proceso de toma de decisión sea diferente, pero incluyo algunos consejos que surgen de las consultorías que he realizado en materia de bienestar y felicidad organizacional, sobre todo para tiempos de crisis.

Primero, importante autoconocerse y conocer el tipo de personalidad y personas que hay en la empresa, en particular recomiendo la herramienta del eneagrama, pues ayuda mucho a entender quiénes son los decisores. Los decisores que avanzan con propósito y criterio son personas que tienen claridad en el problema y motivan a su equipo en la solución de este.

Segundo, diviértase en el proceso: de los errores han salido las mejores ideas de negocio. Recuerde que cada opción siempre debe ser evaluada para mejorar. Tercero, no está solo: apóyese en el equipo, pedir ayuda muestra que detrás hay un ser humano con el que es posible conectarse. Cuarto, mantenga la calma: recuerde que la ansiedad no deja hacer un buen análisis y es el peor consejero al momento de tomar decisiones.

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