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Analistas 10/02/2020

El disfraz del vacío

Pilar Ibáñez
Consultora bienestar organizacional

De acuerdo con el Dr. Pete Dunlap en su libro “Digital Detangler”, las personas y por ende la sociedad están cayendo en profundas depresiones, ansiedad, soledad, sensación de aislamiento, burnout, estrés, fatiga crónica, entre otros males. La tecnología no es el problema, sino cómo la utilizamos. Cada día son más los problemas mentales de los usuarios, y el detrimento en la forma de interacción, que cada vez es más difícil comunicarse, dialogar, solucionar problemas, llegar a consensos.

La adicción a la tecnología solo es la muestra de un profundo vacío, que se pretende disfrazar en redes sociales. Comparto con ustedes aquí algunas de las fórmulas para evitar ser un adicto y trabajar en lo que realmente importa, la persona.

Primero, se debe hacer consciencia sobre la razón por la que está accediendo a las plataformas cada mañana o cada día. Está viendo Netflix para entretenerse o porque no puede tener romance o aventura en su vida, y necesita algo externo que dé las emociones que no está logrando sentir en la vida diaria. Cuál es la razón por la que accede a las redes sociales, para leer contenidos y mantenerse informado o para compararse con los demás.

Segundo, limite los tiempos de utilización de las plataformas a las que accede. Un ejemplo puede ser no usar celular durante la hora del desayuno, almuerzo o comida, norma para toda la familia, pues es importante que existan espacios para compartir uno a uno, sin distracciones. Si limitar el uso del celular da ansiedad, es un indicador de la adicción que se tiene al teléfono, así que atención a dicha alerta.

Tercero, limite la utilización de correos y grupos de WhatsApp corporativos o de trabajo únicamente a los horarios laborales, créame que esas horas adicionales no se las van a pagar, y sí es tiempo que está quitando a su familia, a usted mismo y al descanso necesario y equilibrado que requiere cada ser humano.

Cuarto, los mensajes de texto se han convertido en la excusa perfecta para decir lo que frente a frente no se es capaz de decir, es la forma las fácil de huida y falta de valentía inventada, pero este tipo de comportamientos generan altos niveles de cortisol, lo que produce estrés. Ya ni siquiera se reciben llamadas el día del cumpleaños sino es un simple mensaje de texto. Como dice Timothy Ferriss, el éxito debería medirse por el número de conversaciones incómodas que se tienen frente a frente en el día. Si tiene algo qué comunicar es mejor una llamada o un café. Lo que genera una interacción frente a frente nunca va a poder ser remplazado por un mensaje. Así que, si tiene algo que decir, lo reto para que genere felicidad en la gente al hacerlo de frente, con esto empezará a tener victorias en la vida.

Por último, muchas personas acceden a las redes sociales esperando ser vistos, lo que es una muestra de un gran vacío interno disfrazado en “quiero ser alguien porque no me gusta quién soy”. Las personas sufren porque las fotos que compartieron no obtuvieron los “Me gusta” que esperaban, y a esto se le suma un problema más grave: la comparación. Nunca he encontrado a alguien que vea Instagram y al cerrar la red social quede feliz con su vida, siempre la sensación con la que los usuarios se quedan es de, “¿por qué él sí y yo no?” y se debe recordar que siempre va a haber alguien independiente que gana mucho dinero, el que puede ir de vacaciones a Dubái cada dos semanas, el que tiene casa nueva, carro nuevo, etc., etc. Entonces, cuál es la razón por la que hace parte de dicha red social, si la comparación no lo deja satisfecho… si el hombre o la mujer más feliz del mundo debiera ser quien se dijese a sí mismo “amo mi vida y no me cambio por nadie”.

Recuerde utilizar la tecnología de forma responsable, lo ayudará a ser feliz y no al contrario.

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