10 mañas de los colombianos

Aprovechando que el año inicia, a continuación presento un decálogo de 10 mañas colombianas que esperemos que todos evitemos para construir un país mejor. Entendida la maña como un artificio o truco con que se aspira a hacer las cosas de forma rápida sin mucho esfuerzo, por pereza mental o simple zona de confort negativa.  Dejar estas mañas ayudará al ser humano a ser más competitivo y mejor.  

Primero, evitar dejar todo para último momento, no se debe posponer todo: enfrentar los retos o conflictos puede ser difícil pero no se debe posponer, como por ejemplo, pagar impuestos o resolver problemas se deja para el último día a última hora, perdiendo así mucho tiempo.  

Segundo, evitar quejarse, criticar y juzgar a todos y a todo: normalmente las personas no se toman el tiempo para investigar o leer sobre las personas o situaciones y las noticias se pasan voz a voz en forma de chisme, en donde cada persona va añadiendo su pizca de picante a la historia. Si no se tiene algo para aportarle a la persona o a la situación que le incomoda para que cambie, mejor quedarse callado. 

Tercero, evitar el ojo más grande que la barriga: típico error de los colombianos, en diciembre se gastó y se compró todo lo que los ojos a su paso veían, sin pensar ni planear financieramente cómo se iba a cubrir el hueco económico en el año que venía. La falta de una apropiada planeación financiera y la falta de ahorro hacen que el acumulado de deudas impida el crecimiento sin sufrimiento.  

Cuarto, evitar horario colombiano: todos se han acostumbrado a que una cita en realidad debe ser agendada 30 minutos antes para que realmente inicie la reunión media hora después, a eso se le ha llamado Horario Colombiano, cuestión que extranjeros que llegan a Colombia no comprenden y que, de por sí, constituye una falta de respeto con el otro, con su tiempo. 

Quinto, evitar las emociones de Veleta: es típico de los colombianos apoyar al equipo o al jugador que va bien en los campeonatos, pero el que sí comete un error, es criticado con vehemencia como si de experto se tratara. Si se va a apoyar algo, que sea en las buenas y en las malas, de forma incondicional. 

Sexto, evitar ser ‘abejas’: lo que quiere decir, en términos coloquiales, aprovecharse de la papaya que se le da, o como que la ocasión hace al ladrón.  El trabajo profundo en valores y el respeto por los demás debe evitar que el ser ‘abejas’ cree un país en el que la falta de confianza impida el  crecimiento. 

Séptimo, evitar la excusa “porque toca”: en esta vida no “toca” hacer nada, cada persona debe ser responsable de sus actos y consecuencias de los mismos. Todos deberían estar tan empoderados como para hacer las tareas o funciones por que realmente les nace hacerlas y encuentran satisfacción en cada instante de la vida. La vida no es algo que ocurre, sino que se construye con actitud. 

Octavo, en el trabajo evitar la enfermedad maligna llamada “Reuniitis aguiditis”: dícese de millones de reuniones con cero efectividad, en las que se retoman los mismos temas de discusión, sin ninguna planeación ni tareas y ningún final, ni feliz ni triste. 

Noveno, en las relaciones, evitar la adicción a redes sociales en momentos de compartir. Las redes sociales son importantes en la era de la tecnología e información, pero se debe aprender a utilizar la tecnología en pro y no en contra. Miles de personas están metidas en las redes sociales en horarios de trabajo y otros las utilizan cuando deberían, más bien, estar compartiendo con sus amigos o familiares. Se debe disfrutar a la gente mientras exista. 

Y, por último, Décimo, evitar la comparación: muchas personas desearían vivir en otro país en el que no haya  conflicto, corrupción o violencia. Tengo que decirles que si este es el país en el que nacieron o en el que viven, en lugar de andar pensando en marcharse, sin realmente poder hacerlo, sería mejor pensar qué hacer para mejorar este lindo país, en el que existen millones de oportunidades de mejora y construcción.