.
Analistas 20/07/2014

Un viaje al trabajo más inteligente en la era de Uber

La República Más
  • Agregue a sus temas de interés

De cualquier forma: el gran beneficio de los nuevos servicios de autos mediados por la tecnología de la información llegará si hacen posible que mucha gente (y no solo la gente de Manhattan) se olvide de comprar sus propios autos. Y si lo pensamos, podemos ver cómo podría darse eso.

En este momento, si alguien vive en un lugar sin transporte público excepcionalmente bueno, es muy difícil manejarse sin auto. No obstante, si lo vemos para la mayoría de la gente, tener un auto es poco económico. Es un equipo caro que yace ocioso la mayoría del tiempo; requiere estacionamiento (y a menudo una estructura para ello) tanto en el origen como en el destino; requiere mantenimiento y en general es una gran molestia.

Por tanto, los servicios de chofer confiables y de respuesta rápida podrían liberar a mucha gente de la necesidad de comprometer todos esos recursos a algo que solo usa de vez en cuando. Y desde un punto de vista social, reduciría la necesidad de comprometer tanto capital que permanece sin utilizarse la mayor parte del tiempo.

Sin embargo, hay un problema obvio: la hora pico. El clímax de uso de auto se presenta dos veces al día, y eso pareciera dictar que conservemos a mano casi el mismo número de autos que ahora, incluso si son provistos por empresas como Uber.

Pero aquí es donde aparece el aumento en los precios. Si viajar en hora pico es más caro que durante los demás momentos del día, la gente tendrá un incentivo para reducir esos picos. La gente que no esté yendo al trabajo evitará viajar a hora pico; algunos encontrarán otras formas de viajar; otras personas (y empresas) reprogramarán sus agendas para aprovechar los viajes fuera de hora pico. Así que podemos imaginarnos una sociedad que sigue dependiendo principalmente de autos para moverse, pero que se las ingenia para hacerlo con significativamente menos autos de los que necesitamos ahora.

Los autos no son el único producto de consumo durable donde algo así podría funcionar, por supuesto. La gente de Nueva York no necesita refrigeradores (ni congeladores, en particular) tan grandes como los de los suburbios, dado que es muy fácil ir a la vuelta de la esquina a comprar abarrotes; los pedidos por Internet y la entrega a domicilio podrían producir un efecto similar fuera de la ciudad. Pero sin duda, los autos son el gran premio.

Otra vez, estoy seguro que esto ha sido trabajado por alguien en algún lugar. Pero me estoy divirtiendo pensando en ello.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA