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Analistas 11/01/2016

Muéstrenme el modelo: ¿por qué los fundamentos son esenciales?

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Ahora estamos en la segunda ronda, y antes de entrar en detalles permítanme preguntar: ¿No le gustaría que la vida real fuera así?

Gente que ha meditado mucho y largamente sobre este tema, y sobre la economía en general, está tiendo una discusión seria y civilizada. En la medida en que los tres diferimos como economistas, nuestro debate no se basa en una ideología instintiva ni en lemas simplistas. En lo que respecta a la pregunta inmediata de si la Fed debería elevar las tasas de interés, todos coincidimos en que no debería hacerlo. Compárelo con lo que normalmente pasa en el debate económico. En fin.

En cualquier caso, Summers recientemente respondió con la afirmación de que su argumento contra el aumento de las tasas de interés se basa en gran parte en la incertidumbre del lado de la oferta. También señaló que en principio está de acuerdo con los juicios políticos no basados en modelos y criticó mi conferencia sobre Mundell-Fleming de 2013 en la cual sostuve que los temores de los formuladores de políticas de que los déficits puedan causar una desastrosa pérdida de confianza no tienen ningún sentido. DeLong respondió preguntándose exactamente cómo podrían estar en lo cierto los formuladores de políticas en este caso.

Y eso realmente lleva a mi argumento, el cual no es que los modelos existentes sean siempre la guía correcta para las políticas, sino que las preferencias estratégicas deberían ser disciplinadas por los modelos. Si usted no cree en las implicaciones del modelo estándar en un área, bueno, no hay problema. Pero de todas formas debe presentarme un modelo, o al menos un bosquejo, que justifique sus instintos.

Después de todo, ¿para qué son los modelos económicos? Definitivamente no son la Verdad. Sin embargo, son una forma de asegurarse de que las historias que uno cuenta concuerden, que conlleven una combinación plausible de comportamiento individual e interacción entre esos individuos que se comportan de manera plausible.

Tomemos, por ejemplo, la famosa carta abierta de 2010 dirigida a Ben Bernanke, en ese entonces presidente de la Fed, en la cual varios economistas, estrategas e inversionistas exigieron que cancelara la relajación cuantitativa. Los signatarios declararon que “las compras de activos planeadas hacen correr el riesgo de devaluación monetaria e inflación, y no pensamos que vayan a lograr el objetivo de la Fed de promover el empleo”. ¿Supuestamente cómo debe operar eso? ¿Qué modelo se tiene del proceso de inflación en el cual una expansión de la hoja de balance de la Fed cree inflación sin crear antes un mercado laboral sobrecalentado? No estoy diciendo que no haya una explicación posible, pero exprésenla para que podamos ver qué tan plausible es.

Lo que dije en mi conferencia sobre Mundell-Fleming fue que los modelos simples no parecen dejar espacio para las crisis de confianza que temen los formuladores de políticas, y que yo no podía encontrar ningún modelo alternativo plausible que justificara esos miedos. No fue un “El modelo dice que están equivocados”; fue un “Muéstrenme el modelo”.

El motivo por el que he estado hablando de esas cosas es que, desde 2008, hemos estado viendo repetitivamente a los formuladores de políticas hacer caso omiso o ignorar el mensaje de los modelos macroeconómicos básicos a favor de instintos que, en la medida en que reflejan experiencia en general, reflejan experiencia que proviene de ambientes económicos muy distintos. Y estos instintos han resultado estar equivocados una y otra vez; mientras que a los modelos básicos les ha ido bien.

Los modelos no son sagrados, pero la disciplina de pensar las cosas en términos de modelos es verdaderamente importante.

Antecedentes

Llega el esperado aumento en las tasas de interés

Luego de siete años de mantener la tasa de interés referencial de Estados Unidos efectivamente en cero, el Consejo de la Reserva Federal votó el mes pasado a favor de elevar la tasa en un cuarto de punto porcentual. Aunque la decisión del banco central era ampliamente esperada, de todas formas se topó con críticas de algunos analistas y comentaristas.

La Fed típicamente eleva las tasas de interés cuando la economía está en peligro de sobrecalentarse debido a un mercado laboral excesivamente vigoroso y a una inflación alta, y esto último puede llevar a burbujas especulativas. No obstante, muchos críticos de la decisión de la Fed creen que la economía estadounidense de ninguna forma está cerca de cumplir esos criterios, y que elevar las tasas solo sofocará la continua recuperación económica de la nación.

“La decisión reciente de la Fed de elevar las tasas de interés es el ejemplo más reciente del sistema económico amañado”, escribió el senador Bernie Sanders, quien está contendiendo por la nominación presidencial demócrata, en una columna de opinión publicada en The New York Times luego del anuncio de la decisión de la Fed. “Los grandes banqueros y sus defensores en el Congreso nos han estado diciendo durante años que la inflación descontrolada está a la vuelta de la esquina. Se han equivocado por completo cada vez. Elevar ahora las tasas de interés es un desastre para los dueños de pequeños negocios que necesitan préstamos para contratar más trabajadores y para los estadounidenses que necesitan más empleos y salarios más altos … Elevar las tasas de interés es algo que debe hacerse solo como último recurso, no para luchar contra una inflación fantasma”.

Larry Summers, el ex secretario del Tesoro, publicó un artículo en su blog que preguntó: “¿Por qué la Fed está cometiendo estos errores, si es que efectivamente son errores? No es porque sus líderes no sean concienzudos ni de mentalidad abierta ni les preocupe el crecimiento y el empleo. Más bien, sospecho que se debe a un compromiso excesivo con los modelos y formas de pensar existentes. Normalmente, se requiere un desastre para hace añicos a la ortodoxia. Todos podemos esperar que mis preocupaciones estén fuera de lugar o que la Fed muestre estar menos bajo el yugo de la ortodoxia de lo que ha estado últimamente”.

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