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Analistas 21/07/2013

Los franceses: “Les no tan misérables”

La República Más
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Roger Cohen, columnista de The New York Times, escribió recientemente un buen artículo intitulado “France’s Glorious Malaise” que impresionisticamente establece un punto que he tenido la intención de presentar cuantitativamente: las cosas no están tan mal en Francia como a muchos de los reportajes de los medios británicos y estadounidenses les gustaría hacernos creer.

Sí, los franceses parecen malhumorados, pero los franceses siempre parecen estar así. No son del tipo “que tenga un buen día”, pero eso no nos dice mucho del estado de su sociedad ni de su economía.
 
Y aunque nunca lo aduciría a partir de cualquier cosa que lea aquí en Estados Unidos, en algunos aspectos a la economía francesa le sigue yendo mejor que a la nuestra.
 
En su blog, el economista Dean Baker tocó un aspecto el otro día: el desempleo entre los jóvenes. Sí, la tasa de desempleo entre los jóvenes franceses es mucho más alta que la tasa en Estados Unidos. Pero tal como lo señala el Sr. Baker, la fracción de jóvenes desempleados es casi la misma aquí y allá. ¿Cómo es posible? Porque un número mucho menor de estudiantes universitarios franceses tiene que buscar trabajo, gracias a becas vastamente más generosas.
 
Pero hay una comparación aún más impactante, que se la aprendí al Sr. Baker. No veamos las tasas de desempleo, que pueden distorsionarse en formas como la que acabamos de ver. En cambio, veamos las tasas de empleo, la fracción de la población que tiene trabajo. Y dividámosla por edad (vea el gráfico).
 
Es mucho menos probable que los franceses jóvenes estén trabajando, como ya lo hemos mencionado. Lo mismo pasa con los franceses de más edad, debido a políticas que vuelvan financieramente  atractiva la jubilación anticipada.
 
Pero en los mejores años para trabajar, ¡sorpresa! El panorama del empleo francés, al menos hasta finales del año pasado, era significativamente mejor que el nuestro.
 
Y recuerde que esto pasa en un sistema donde alguien sufriría mucho menos miserias si por casualidad no tuviera trabajo. Pongámoslo de esta forma: en este momento hay mucho menos miseria real en Francia que en Estados Unidos.
 
No se deje engañar por esas caras malhumoradas.
 
Una nación brócoli
Así pues, de alguna forma me perdí El Gran Escándalo del Brócoli, en el que el presidente Obama declaró que el brócoli es su comida favorita durante un almuerzo con niños en la Casa Blanca, demostrando así que su acta de nacimiento es falsa, o algo así.
 
Pero la cosa es que para los extranjeros, Estados Unidos realmente tiene una rara adicción por el brócoli. En “The Fortune Cookie Chronicles”, el maravilloso libro de Jennifer 8. Lee, la autora va en busca de los orígenes del pollo General Tso; resulta ser que a los chinos les parece divertidísimo este plato, que no se parece en nada a lo que se cocinaba dentro o cerca de la patria del verdadero general Tso. Según la Sra. Lee: “Cuando le pregunté sobre el plato de pollo, se carcajeó y estalló en un discurso acerca de por qué el pollo General Tso es el máximo plato chino estadounidense. ‘Tiene brócoli. A los estadounidenses les encanta el brócoli. Le ponen brócoli a todo’”.
 
Ahora, resulta que mi verdura favorita, no estoy seguro de que podamos decir mi alimento favorito, realmente es la rúgula (no estoy seguro que podamos decir que es mi comida favorita, es la arúgula... Pero ésa es otra historia). 
 

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