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Analistas 24/06/2013

Los errores en Europa se siguen repitiendo

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Una triste lectura de los analistas económicos británicos en estos días; esto es triste para cualquiera que guste creer que la evidencia de hecho importa para la política.

Primero, Simon Wren-Lewis, un economista normalmente de temperamento equilibrado, está enojado, y con razón: ve que el banco central holandés está llamando a más austeridad pese al deprimido estado de la economía holandesa, a que no hay perspectivas de recuperación en el futuro cercano, a que no hay indicios de problemas con la deuda, todo sin ninguna explicación a no ser el texto estándar de que los déficit son malos. Tal como escribió recientemente Wren-Lewis en su blog, una cosa era que las autoridades se creyeran la austeridad hace tres años, cuando no había un vasto cúmulo de evidencia sobre los efectos de la austeridad sobre una economía deprimida. Pero sacar la misma frase de siempre en vista de todo lo que ha pasado desde entonces, es bastante vergonzoso.
 
Pero también reflexionemos en el hecho de que Martin Wolf, del Financial Times, escribió una columna a principios de este mes explicando que no hay riesgo actual de inflación en Europa ni en Estados Unidos. Tiene razón, por supuesto, y presumiblemente lo que escucha de los formuladores de política y demás gente le dice que esa columna es necesaria. Pero Dios mío, tuvimos este debate en pleno hace cuatro años. Los sospechosos de siempre emitieron horribles advertencias de inflación; gente creyente del keynesianismo/trampa de la liquidez como yo insistimos en que todo estaba equivocado dadas las circunstancias actuales. Y aún así, la gente que advertía sobre la inflación hace cuatro años, y hace tres años, y hace dos años, sigue haciéndolo, y sigue presentando los mismos argumentos. ¡Y aún tienen influencia!
 
Creo que no queda otra opción más que seguir martillando. Pero es desalentador.
 
La helenización de la economía
El Sr. Wren-Lewis ha tenido una racha últimamente. En una publicación reciente en Internet titulada “How a Greek Drama Became a Global Tragedy”, escribió sobre cómo el mal manejo de Grecia infringió vasto daño en la economía europea en general y, en cierto grado también, en la economía estadounidense. Básicamente, las autoridades de “La Troika” (el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo, y la Comisión Europea) rehusaron admitir lo obvio y permitir un default griego anticipado; en cambio, hicieron absurdas afirmaciones sobre la efectividad de la austeridad y al hacerlo diseminaron por todas partes la economía de la austeridad.
 
Entonces, de cierta forma hemos tenido lo peor de todos los mundos posibles: la supuesta posibilidad de convertirnos en otra Grecia ha sido usada por los austeritarios para atemorizar a los políticos y al público para que adopten políticas que profundizan la caída, y el mal manejo de Grecia - por gran parte de la misma gente que disemina este temor - ha hecho aún más temible la posibilidad de convertirnos en otra como ella.
 
El FMI al menos parece haber aprendido algo de la experiencia. Pero tal como escribió Wren-Lewis, no hay señales de reevaluación o remordimiento en el Banco Central Europeo, que en este punto es el actor que realmente importa.
 

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