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Analistas 12/08/2013

El irracional frenesí del “dólar hembra”

La República Más
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He pasado cinco años o más viendo caer a los “inflaciofóbicos”, que para empezar no fueron particularmente sensatos, en una locura impía y estridente.

Pudieron haber reaccionado al fracaso de sus predicciones (la persistente ausencia de la inflación descontrolada que insistían estaba a la vuelta de la esquina) dando un paso atrás y reconsiderando tanto su modelo como sus recomendaciones. Pero no. 
En el mejor de los casos, ha habido una proliferación de nuevos motivos para elevar las tasas de interés en medio de una economía deprimida, sin un solo reconocimiento de que las predicciones previas estuvieron completamente equivocadas. 
En el peor de los casos, están las nuevas teorías de conspiración; que de hecho tenemos inflación de dos dígitos, pero que la Oficina de Estadísticas Laborales está desapareciendo la evidencia a bordo de sus helicópteros negros para sepultarla en el Área 51.
Así que, al haber  llegado a este punto pensé que ya lo había visto todo. Pero no: la posibilidad de que Janet Yellen, una “paloma” monetaria y vicepresidenta de la Reserva Federal, pudiera convertirse en la próxima cabeza de la Fed ha llevado a la derecha a un frenesí de, bueno, las palabras me fallan.
The New York Sun publicó una editorial en julio titulada “The Female Dollar” (El Dólar Hembra), advirtiendo sobre una “moneda apoyada en el género”. No bromeo. Y The Wall Street Journal consideró que fue un análisis tan bueno que citó la frase en una editorial, y argumentó detenidamente -- o, de hecho, afirmó, puesto que si hubo un argumento racional no lo pude encontrar -- que la única causa posible por la que la gente pudiera querer que  Yellen suceda a Ben Bernanke no sólo reside en que es una “paloma” monetaria sino que también es mujer.
Y tienen un punto. Después de todo, ¿qué otro caso ajeno al género se puede presentar a favor de  Yellen? Esto es, aparte del hecho de que ha sido una jugadora sumamente exitosa del equipo de la Fed, de que tiene un historial distinguido como economista investigadora exactamente sobre los propios temas que tendría que enfrentar como presidenta y que, según una evaluación publicada recientemente, tiene el mejor récord de pronósticos entre 14 altos formuladores de política de la Reserva Federal. ¿Evaluación de quién? Umm, pues de The Wall Street Journal.
Desde hace mucho he estado diciendo que no estamos teniendo una discusión racional sobre la política económica, que a la posición inflacionista la mueve la política y la psicología en lugar de cualquier cosa que el otro lado reconocería como análisis. Pero esto realmente lo demuestra más allá de cualquier sombra de duda; si realmente quiere entender lo que está pasando, al austriaco que tiene que leer no es Friedrich Hayek ni Ludwig Von Mises, sino Sigmund Freud.
El torpe manoseo de la Fed
En Alphaville, un blog del Financial Times, Cardiff García dice las cosas precisas sobre el asunto de Yellen: “La política realmente no es lo nuestro”, escribió en una publicación reciente, “pero más creíble por ahora es simplemente que la Casa Blanca no hizo su tarea, que no anticipó la reacción y que ahora intenta descifrar torpemente cómo manejarlo. La política es inevitable, por supuesto. Pero simplemente enfatizaríamos otra vez que estrictamente por méritos, difícilmente se necesita armar un caso anti Summers para preferir a Yellen”.
Se tiene la sensación de que la discusión de política económica en la Casa Blanca se ha puesto peligorsamente bajo la mira; casi cualquiera de afuera, de habérselo preguntado, les habría dicho el embrollo que causarí al sacar la idea de escoger a Larry Summers, el ex secretario de Estado, en lugar de Yellen.
Pero dichosamente parecieron desconocer lo que vendría.

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