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Analistas 13/07/2019

S&P 3000

Pascal Rohner
Director de Inversiones de In On Capital
Analista LR

Las acciones estadounidenses han llegado a nuevos máximos históricos. El S&P 500 ha superado el nivel importante de 3.000 por primera vez y ha retornado casi 20% este año. También el índice Dow Jones ha roto récords superando los 27.000 por primera vez. Después de un 2018 complicado, 2019 ha sido un año espectacular para los inversionistas. Vimos el mejor desempeño de primer semestre en 22 años.

El buen desempeño seguramente sorprende. El crecimiento de la economía global se está desacelerando, principalmente por las tensiones comerciales. Actualmente, hay esperanza de tener un acuerdo comercial entre Estados Unidos y China en los próximos meses. Al menos, la relación ha mejorado después de la escalada a finales de abril, cuando el presidente Donald Trump aumentó las tarifas existentes y amenazó con imponer aranceles sobre prácticamente todos los productos importados de China. En la reunión del G-20 en Osaka a finales de junio, el presidente Donald Trump y Xi Jinping se comprometieron a negociar nuevamente y no implementar nuevos aranceles, por ahora. Sin embargo, no se comunicó ningún marco para eliminar las tarifas existentes, ni se estableció un calendario claro para la firma de un acuerdo.

Por lo tanto, los aranceles implementados e incertidumbres van a seguir deprimiendo la actividad comercial internacional. Los datos del comercio exterior de China del mes de junio ilustran el impacto. La exportación china bajó 1,3%, y las importaciones cayeron 7,3% en dólares americanos.
Es cierto, por ahora, China ha mantenido el crecimiento económico relativamente estable, gracias a nuevas medidas de estímulo fiscal y monetario. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que aún no se siente el impacto del reciente aumento de aranceles comerciales y si no hay un alivio, el impacto negativo sobre el crecimiento económico será más grave en 2020/2021.

Aunque haya un acuerdo comercial antes del final del año, lo más probable es que las fricciones continúen frenando el crecimiento económico, sobre todo en países abiertos que dependen más de la exportación e importación. Un posible acuerdo comercial podría reanimar la actividad económica, probablemente en 2020. Por otro lado, si vemos otra confrontación entre Trump y China con nuevas medidas proteccionistas anunciadas o implementadas, es probable que la economía global caiga en recesión hacia el año 2021.

Evidentemente el mercado de renta variable no prevé una recesión pues ha llegado a nuevos máximos históricos. Actualmente hay mucha confianza entre los inversionistas. El optimismo probablemente se explica por dos factores. Primero, el mercado tiene confianza en las ambiciones de Donald Trump para ser reelegido en la elección presidencial en noviembre 2020. Se cree ampliamente que Trump solo tiene oportunidad de ser reelegido si la economía va bien. Tarde o temprano, Trump se verá presionado a llegar a un acuerdo comercial. Esto lo pone en un poder de negociación relativamente débil, especialmente a medida que el factor tiempo juega en su contra. Lo más probable es que haya nuevas peleas y amenazas, seguidas por nuevas treguas. Esto causará incertidumbres y volatilidad en los mercados financieros.

Segundo, parece que los inversionistas tienen mucha confianza en la Reserva Federal. Una gran parte del reciente rally se explica por nuevas expectativas de recortes de tasas. Los rendimientos de los bonos del Tesoro Americano han caído fuertemente en las últimas semanas. Actualmente, los futuros anticipan tres recortes de tasas de 25 puntos básicos en los próximos 12 meses. El rendimiento del bono del Tesoro Americano que vence en dos años cayó de 2,5% en marzo a por debajo de 1,8% a finales de junio. Esta caída se explica por el deterioro de algunos indicadores económicos y por el cambio del discurso de los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC). El presidente de la Reserva Federal, “Jay” Powell, ha mostrado en varios discursos (como recientemente en su testimonio al congreso) que van a recortar las tasas al menos una vez este año, confirmando la visión del mercado.
Fundamentalmente, los argumentos para tener tasas más bajas no son completamente claros. Por un lado, el mercado laboral sigue fuerte. En junio, se crearon 224.000 nuevos empleos, un dato muy positivo, superando la expectativa de 160.000. También, el promedio de creación mensual de nuevos empleos en los últimos seis meses es de 172.000, sigue siendo muy robusto. La tasa de desempleo subió de 3,6% a 3,7%, pero aun así sigue en territorio bajo y no parece que el mercado laboral necesite estímulo adicional. Por otro lado, no hay presiones inflacionarias, lo cual permite reducir la tasa de interés si es necesario. El dilema de la Fed es que la necesidad de recortar depende en gran medida de la guerra comercial. Adicionalmente, el presidente Trump ha criticado mucho a las autoridades monetarias y ha exigido tasas más bajas, tal vez para tener más tiempo y espacio en las negociaciones comerciales. Posiblemente una política monetaria más agresiva, es decir tasas más bajas, permitirá a Trump perseguir una estrategia de negociación comercial más agresiva.

La conclusión es que los inversionistas todavía se enfrentan a un entorno con muchas incertidumbres. Lo más probable es que haya más recortes de tasas, después de un primer recorte en julio. Los rendimientos de los bonos seguirán muy bajos. Las acciones bien puedan subir un poco más, alimentado por compras por algoritmos de seguimiento de tendencia y el nuevo estímulo monetario. Pero el último factor ahora está en gran parte en los precios - y el potencial alcista a partir de ahora parece muy limitado. Por lo tanto, por primera vez en mucho tiempo, recomendamos a inversionistas de empezar a reducir la exposición a la renta variable por debajo de su exposición neutral, en otras palabras, empezar a subponderar este activo de riesgo.

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