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Analistas 07/02/2024

IA para crecer en liderazgo

Obdulio Velásquez Posada
Director general de Inalde Business School

La inteligencia artificial es un fenómeno imparable que está desafiando los fundamentos mismos de nuestras estructuras sociales y, por supuesto, empresariales. Los directivos debemos asumir una actitud proactiva y responsable frente a las nuevas realidades tecnológicas, reconociendo su impacto y adaptándonos a ellas sin perder de vista nuestras enormes responsabilidades frente a las organizaciones y equipos que dirigimos.

Desde la aparición, y sobre todo el uso extendido y masificado, de tecnologías revolucionarias como ChatGPT, hace apenas un año, hemos sido testigos de un vertiginoso despliegue de innovaciones que nos obligan a comprender su verdadero impacto. El año que recién terminó representó un punto de inflexión en la adopción masiva de la inteligencia artificial a escala global. Lo que una vez fue una visión futurista ahora se manifiesta como una realidad ineludible que permea todos los aspectos de nuestras vidas y negocios.

En este escenario, los líderes empresariales tenemos la responsabilidad de comprender y abrazar este cambio sin precedentes. La agilidad en la implementación de estrategias es crucial, pero igual de importante es la prudencia y la reflexión en este proceso de transformación. Mi recomendación como directivo y formador de directivos es tomar en serio los impactos y oportunidades que la inteligencia artificial brindará a nuestro desarrollo personal, familiar, profesional y empresarial.

Para llegar a una comprensión de este panorama, resulta fundamental reconocer las diversas actitudes que los líderes pueden adoptar frente a la inteligencia artificial. Desde el entusiasmo desmedido hasta el escepticismo paralizante, es necesario encontrar el equilibrio entre la audacia y la cautela.

Los “tecnoidólatras”, entusiastas que abrazan las oportunidades de la IA sin cuestionamiento, deben tener presente que la adopción de cualquier tecnología requiere una evaluación rigurosa de sus implicaciones. Mientras tanto, los “tecnoescépticos”, aquellos que desconfían de los beneficios de la IA, deben comprender que el progreso tecnológico es inevitable y que ignorarlo no es una opción viable.

Los “tecnotibios”, que aceptan la importancia de la IA pero creen que su impacto tardará en manifestarse, deben reconocer la urgencia de actuar con previsión y preparación. Por último, los “tecnoprudentes”, que estudian y evalúan cuidadosamente la IA antes de aplicarla, representan un modelo a seguir en este panorama incierto.

Para el éxito empresarial y el desarrollo de la sociedad es fundamental entender que la inteligencia artificial no reemplaza la inteligencia humana, sino que la complementa y potencia. Su adopción implica cambios no solo en los mercados y las operaciones empresariales, sino también un profundo impacto personal y social. Por ello, los empresarios y directivos debemos tomar acción y liderar este cambio con determinación y visión de futuro. No subestimemos su potencial transformador ni dejemos pasar la oportunidad de dar forma al futuro de manera informada y responsable.

En el entramado de la era de la inteligencia artificial, cada líder es arquitecto de su destino y del destino colectivo. Abrazar la sabiduría y la agilidad en este nuevo escenario es no solo una elección sino una necesidad imperativa. El futuro ya está aquí. Depende de nosotros abrazar la era de la inteligencia artificial con sabiduría y audacia.

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