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Hace décadas que la incertidumbre no era un factor tan decisivo en la toma de decisiones a nivel global como lo es en este momento. Un contexto que, sin embargo, presenta una serie de circunstancias favorables para Iberoamérica que debemos saber identificar y aprovechar. Ese es, justo, el principal objetivo del V Congreso iberoamericano del Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (Ceapi), que se celebra en República Dominicana los días 1 y 2 de junio, bajo el lema ‘Innovación y oportunidades en tiempos de incertidumbre’.
Aquí comparto algunos datos y claves que avalan el creciente atractivo, confianza y rentabilidad de Latinoamérica en el mapa inversor de todo el mundo.
En primer lugar, Iberoamérica se ha consolidado como un espacio dinámico, emprendedor e innovador. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en la actualidad existen más de 1.000 startups valoradas en más de US$100.000 millones y que emplean a más de 245.000 trabajadores, como es el caso de Mercado Libre en Argentina (’retail online’); Nubank en Brasil (’fintech’); Kavak en México (venta de coches usados) o Rappi en Colombia (entrega de comida a domicilio). En concreto, hay 40 unicornios valorados en más de 1.000 millones cada uno de ellos. Una realidad que despierta interés de todo el mundo, hasta el punto de que los flujos de capital de riesgo hacia América Latina en 2021 alcanzaron US$15.700 millones, más que el acumulado de los diez años anteriores, poniendo fin a la histórica falta de recursos de inversión que afectaba a la región.
Además, al más puro estilo de Silicon Valley, se trata de emprendedores que venden sus negocios para reinvertir en iniciativas innovadoras en sus propios países. Así, la economía iberoamericana se está modernizando en todos sus ámbitos, apostando por el ‘blockchain’; adoptando criterios ESG en su gestión; apostando por la descarbonización o desarrollando un modelo de turismo sostenible en países como Colombia, Costa Rica o República Dominicana, que compatibiliza a largo plazo rentabilidad y generación de empleo.
En esa misma línea, están apuestas como las de Inicia, impulsada por Felipe Vicini en República Dominicana para desarrollar un ecosistema audiovisual en Iberoamérica caracterizado por demandar profesionales cualificados y generar alto valor añadido. Y en un momento en el que las nuevas tecnologías facilitan el consumo del ocio y en un idioma y en una cultura al alza, que ya suma 580 millones de hispanohablantes en todo el mundo.
A todo ello se añade el hecho de que, primero la pandemia y luego la guerra de Ucrania, han revalorizado las materias primas y los recursos propios de Iberoamérica. Además de garantizar los suministros a la población, esta región emerge ante el mundo como una potencia tanto energética como agroalimentaria. Y, por último, destacar que la IED global de las empresas latinoamericanas supera todas las marcas hasta alcanzar los US$57.403 millones. Una prueba más de que algo está cambiando.
En definitiva, empresarios iberoamericanos que creen en Iberoamérica, y que, como en el caso de los forman parte de Ceapi están al frente de empresas familiares que son responsables de 90% del PIB regional. Inversores iberoamericanos que, gracias a su respaldo a proyectos que generan impacto positivo en el entorno económico, social y ambiental, han optado por hacer el bien haciendo negocio. Una decisión inteligente que sitúa, en tiempos de incertidumbre, a Iberoamérica en el mapa de las economías mundiales con un futuro más prometedor.
