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Analistas 16/08/2022

El cambio comienza por dentro

Núria Vilanova
Presidente de ATREVIA

Los cambios, para tener éxito, deben comenzar por uno mismo, desde dentro hacia fuera. Por eso, cuando insistimos en que hay que situar a las personas en el centro de la comunicación, debemos situar en primer lugar a los empleados, proveedores y todos los que participan en la cadena de valor de nuestra organización.

Además, una comunicación eficaz con nuestro público interno se traduce en una mayor implicación a la hora de afrontar los dos mayores desafíos a los que se enfrenta toda empresa: la transformación digital y la sostenibilidad. Hablamos de nuevos entornos de gestión, pero también de una nueva cultura en las organizaciones. Si nuestro capital humano asume el propósito y mensajes de la organización, conseguiremos convertirles en agentes activos de la gestión del cambio y promotores de la cultura de la empresa.

El futuro de nuestra compañía comienza por nuestros empleados, y por reconocer a la comunicación interna su verdadera importancia a la hora de implantar soluciones, algunas de ellas disruptivas. Retos como ampliar la capacidad para combinar personas y máquinas sin generar temores; conservar y atraer talento; compatibilizar perfiles de puesto de trabajo dispares, desde la cadena de montaje al teletrabajo; mantener la coherencia entre los mensajes externos e internos de la compañía; y, por supuesto, conversar con el empleado para resolver sus preguntas, así como de obtener y medir el feedback.

En este contexto, hay cuatro aspectos a reforzar dentro de toda estrategia de comunicación interna: la escucha; la personalización; la diversidad; y el compromiso.

Si escuchar las conversaciones es imprescindible en la toma de decisiones de las compañías; cuando en ellas participan quienes sostienen la actividad de la empresa pasa a ser una exigencia. Del mismo modo que cuando se dice que el tiempo es el mensaje, en el caso de la comunicación interna adquiere mayor relevancia, si cabe.

Esa escucha facilita identificar, personalizar y segmentar contenidos y mensajes para quienes tenemos más cerca, facilitando cumplir nuestros objetivos. Se trata de adaptar la comunicación interna a las nuevas tecnologías para promover la participación, y desarrollar narrativas apoyadas en lo audiovisual y basadas en la digitalización.

También es esencial atender la propia diversidad de nuestra organización para fomentar la creatividad y sacar lo mejor de cada empleado. Por ejemplo, no basta con que convivan millenials, zetas o silvers; hay que hacer de la diferencia un valor que sume. Y lo mismo si hablamos de la diversidad de género o cultural.

Y, por supuesto, nuestro público interno es el gran aliado en el camino de la sostenibilidad. Es imposible comunicar de forma creíble e innovadora si en la propia casa no existe compromiso por el bienestar social y medioambiental. Es necesario integrar la sostenibilidad desde el primer hasta el último eslabón de la cadena. La confianza y valores que transmite nuestra compañía, marca o producto está directamente vinculados con el compromiso de todos los que participan en sus procesos creativos y productivos. Ellos serán los mejores embajadores y portavoces de la compañía, potenciando una comunicación horizontal que transmite credibilidad y transparencia.

Es la hora de enfocar la comunicación interna desde una nueva perspectiva; de hacer de ella una ventaja competitiva para afrontar el cambio, para hacer de nuestra organización empresas eficientes y motores de transformación social. Y todo empieza por nuestro capital humano, por nuestros empleados.

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