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Analistas 19/05/2020

Big Tech, mercados y virus

Nelson Vera
Economista
Analista LR

La actual coyuntura de virus ha acelerado tres tendencias pre-existentes en el mundo empresarial: i) reorganización de las cadenas de valor globales, virando desde exclusivos factores de eficiencia-costo hacia mayor resiliencia (aunque en muchos casos agravando la llamada desglobalización); ii) creciente concentración empresarial, dada la mayor resiliencia de los líderes sectoriales en su liquidez-balance; y iii) adopción de nuevas tecnologías, donde el mundo entero está asistiendo a un crash-course en e-commerce, trabajo remoto y pagos digitales. En esta nota quisiera focalizarme en esta última arista tecnológica, en sus variantes empresariales y de mercados.

Las llamadas Faangs (originalmente Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google, añadiéndose posteriormente Microsoft) han sido el emblema del rally accionario de la década Pos-Lehman. Dichas firmas han explicado una quinta parte de las valorizaciones del S&P500 durante 2009-2019 (con rendimientos promedio superiores a 10% anual). El peso de esas firmas dentro de la capitalización agregada se incrementó desde de 6% a 20% durante ese periodo.

Todo lo anterior “estiró” las valoraciones del Big-Tech, bordeando el PE ratio niveles de 25 veces en el Nasdaq (vs. promedio de 19 y con marcados sobre-desempeños vs. el S&P500). Es por ello que, a inicios del año, el mercado esperaba que fueran esas acciones tecnológicas el epicentro de las correcciones ante potenciales reversas en un ciclo económico que ya lucía añejo.

Ha ocurrido todo lo contrario en la actual depresión-pandemia, habiéndose expandido la dominancia de esas firmas tecnológicas. Las Faangs competan valorizaciones cercanas a 35% en lo corrido del año y explican buena parte de la brecha entre el comportamiento del S&P500 y el colapso en los fundamentales macroeconómicos.

Ese buen desempeño del Big-Tech encierra cambios de liderazgo a su interior. La industria está moviéndose a modelos de negocio focalizados en servicios-suscripciones, almacenamiento-cómputo en la nube e infraestructura-empresarial (dejando algo rezagado el expediente de “bombardeo” de ADs-focalizados prevalente en la década pasada). Ello está produciendo un viraje del centro de gravedad-tecnológico desde San Francisco (Google-Facebook-Apple) hacia Seattle (Microsoft-Amazon), ver The Economist (abril-2020, West Coast Reshuffling).

Algunas de dichas acciones-ganadoras de la coyuntura de virus probablemente seguirán con buenos resultados pos-pandemia, dada la mencionada aceleración en tendencias estructurales de streaming-ventas online y cómputo en la nube… aunque habrá que ver cómo se reconcilian esas expectativas con excesivas valoraciones en sus PEs (tan altos como 50-75 en algunos casos).

Un tema fundamental serán los desafíos regulatorios prospectivos del Big-Tech, habiéndose evaporado transitoriamente por el copamiento de la agenda pública con la respuesta al virus. Dada la mayor dominancia de esas firmas en la pos-pandemia, inexorablemente resurgirá el llamado “tech-lash” de preocupaciones de privacidad-manejo de datos, barreras de entrada y comportamientos monopólicos. Basta constatar la reciente polémica frente al intento de adquisición de GrubHub (domicilios) a manos de Uber.

También será clave el desafío de evitar potenciales arbitrajes regulatorios en eventuales incursiones del Big-Tech en temas financieros (Fintech). Recordemos que lleva ya algún tiempo emproblemado el esfuerzo de criptomoneda Libra-Facebook, teniendo que honrar regulaciones clave de conocimiento de clientes (KYC) y lavado de activos (AML).

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