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Analistas 07/02/2025

Tominé, con agua suficiente que no se puede usar

Natasha Avendaño
Gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá
NATASHA-AVENDAÑO

El embalse de Tominé hace parte del Sistema Norte de abastecimiento de agua y, de lejos, es el más grande de la sabana de Bogotá: tiene una capacidad total de almacenamiento de 689 millones de metros cúbicos (Mm3) de agua y es siete veces más grande que sus hermanos Neusa y Sisga, que almacenan un volumen de 102 Mm3 y 90 Mm3 respectivamente. Incluso, tiene mayor capacidad que los embalses del sistema Chingaza: Chuza (220 Mm3) y San Rafael (70 Mm3).

La Empresa de Energía de Bogotá, hoy Grupo de Energía de Bogotá, concibió a Tominé como un embalse multipropósito: fue creado para generación energética, abastecimiento de agua para consumo humano, para riego y para regulación del río Bogotá. Su presa, terminada en 1962, resultó ser tan grande que, a la fecha, el agua que almacena nunca ha llegado a su cota máxima, mejor dicho, jamás se ha llenado completamente.

Tominé es un embalse de regulación multianual, se llena y se vacía en varios años, y esta característica hace que pueda soportar largas sequías. Esta fabulosa cualidad (ser multianual) no la tienen los embalses del Sistema Chingaza, que se vacían y se llenan cada año y por eso, debido a estos dos años deficitarios hidrológicamente, llegaron a niveles muy bajos. Y para ahorrar el recurso, al ser el principal sistema de abastecimiento para Bogotá, aplicamos medidas de racionamiento.

Desde octubre del año pasado radicamos ante la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, CAR, una solicitud de aumento de concesión de agua del río Bogotá, que está regulado por los embalses de Sisga, Neusa y Tominé, pues al incrementar de 8 a 9,5 m3/s bajaríamos la presión sobre el sistema Chingaza. Respetuosos de los tiempos de la Corporación, seguimos esperando la respuesta.

Simulación hidrológica de embalses Chuza y San Rafael
Gráfico LR

Estamos culminando las obras de ampliación y modernización de la Planta Tibitoc, que trata las aguas del río Bogotá, con el fin de purificar una mayor cantidad de agua. Esto significa que estamos listos para poder tratar el agua que tiene Tominé, pero no tenemos el permiso.

Con un volumen aproximado de 311 Mm3 de agua almacenada y un nivel de 251 Mm3 en la curva guía (nivel mínimo seguro que se puede bajar en el embalse), Tominé está casi 60 Mm3 por encima de esta curva y dicho volumen puede usarse con tranquilidad, sin poner en riesgo la integridad del embalse.

Estos datos demuestran que hay suficiente recurso almacenado en Tominé que puede usarse para ser potabilizado en nuestra planta Tibitoc y distribuirse a los habitantes de Bogotá y 11 municipios que dependen de nuestro sistema de acueducto.

En la Empresa tomamos decisiones basadas en estudios técnicos y en mediciones históricas; nunca en supuestos, por eso, desde hace más de un año, insistimos en que la curva guía es nuestra más importante bitácora, porque nos indica cuál es el nivel confiable en el que podemos operar el embalse.

Con este esquema hemos orientado nuestras decisiones, tanto así que el racionamiento actual solo podrá levantarse cuando alcancemos los niveles adecuados que indique la curva guía en los embalses de Chuza y San Rafael.

Hoy, hago un nuevo llamado a la responsabilidad en las afirmaciones de influenciadores y opinadores, que están en todo su derecho de manifestar sus consideraciones con relación a la situación actual de abastecimiento de la ciudad; sin embargo, les invito a que, antes de emitirlas, revisen los estudios que tenemos disponibles en la EAAB.

Con el permiso del señor director de este medio, me permito publicar la curva ideal del sistema Chingaza (curva guía de Chuza + ideal de San Rafael), con el fin de incentivar la búsqueda de la verdad y combatir la desinformación en un tema tan relevante como es el agua de la capital y sus municipios vecinos.

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