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ANALISTAS 10/05/2025

¿Cómo redefinir el marco de inversión en turismo?

Natalia Bayona
Directora Ejecutiva ONU Turismo

El turismo mundial se encuentra en un punto crucial. En 2024, se produjeron 1,4 billones de llegadas de viajeros internacionales. Esto se traduce en US$1,9 billones en divisas que se aportan a la economía del sector, una contribución del sector al Producto Interior Bruto de 3% y uno de cada diez empleos a nivel mundial. Por todo esto, ONU Turismo, prevé un crecimiento para este año que puede llegar a 5%.

Si bien el crecimiento turístico acompaña, el contexto actual de tensiones geopolíticas y proteccionismo comercial obliga a repensar los marcos de inversión turística. El modelo clásico de incentivos ha facilitado durante años la llegada de capital a proyectos turísticos, especialmente hoteleros, que representan 65% de la inversión anunciada en el sector entre 2022 y marzo de 2025.

Por este motivo hay que apostar por un nuevo marco de promoción a la inversión privada. El turismo representa a más de 100 subsectores económicos, entre ellos se incluyen los parques temáticos, que suponen 12,2% de la inversión turística, o las artes escénicas y deportes, con 6,3%, pero hay muchos otros que pueden crecer si se diversifican las inversiones, tales como los hubs de innovación o las manufacturas, de las que se estima que entre 4% y 8% de su producción esté ligado a la economía turística.

Nuevos incentivos fiscales

Entre esos incentivos fiscales destacan la creación de zonas francas turísticas y zonas económicas especiales. Generando las condiciones necesarias, como son la exención de impuestos, la legislación especial o el control aduanero, se pueden generar casos de éxito como Shezen, en China, un país en el que se calcula que las zonas económicas especiales han creado cerca de 30 millones de empleos.

Otro de esos incentivos es destinar las regalías del petróleo para invertir en infraestructura turística. Como lo es también el desarrollo de proyectos turísticos especiales o megaproyectos, tal como está sucediendo con Neom, un área económica y tecnológica en el noroeste de Arabia Saudí que cuenta con US$500.000 millones de inversión y que tiene como objetivo atraer a 5 millones de turistas anuales en 2030.

Un nuevo marco con incentivos no fiscales

A esas medidas hay que sumar las de carácter no fiscal, comenzando con contratos que garanticen seguridad jurídica al inversionista. Así como la creación de centros de atención y apoyo al inversor para sostener la confianza.

Además, es necesario hacer una apuesta por la educación y el entrenamiento a la futura fuerza laboral en hoteles, parques o infraestructuras de turismo. Y hacerlo con una visión a cinco años para que su formación crezca a la vez que lo va haciendo el proyecto.

La creación de licencias rápidas, que agilicen la aprobación de proyectos turísticos estratégicos y reduzcan los tiempos a menos de dos semanas se plantea como clave para incentivar. Ha de venir acompañada, además, de una simplificación administrativa que permita agilizar los procesos.

Por último, es clave diseñar un plan de promoción que dé visibilidad a los proyectos turísticos, involucrando a las administraciones públicas para asegurar un apoyo integral y coordinado.

El futuro de las inversiones

Colombia se ha convertido en un modelo a seguir. El país está creciendo en su desarrollo turístico y en número de visitas, hasta posicionarse como la tercera con mejor desempeño en la región, con un 37% más que en 2019. Ahora su madurez turística dependerá de la evolución de inversiones que le permitan fortalecer las distintas regiones del país.

Desde ONU Turismo y el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo hemos avanzado en el desarrollo de la guía de inversiones, pero ahora debemos caminar hacia la creación de un marco para que Colombia siga marcando el paso e innovando en la inversión en América Latina.

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