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Analistas 21/01/2022

Inflación será un tema central en la agenda de 2022

Mauricio Santa María
Presidente de Anif

Las variaciones de la inflación para Colombia al cierre de 2021 presentaron magnitudes que no se veían desde 2016. El fenómeno es una expresión más de las consecuencias económicas y sociales que ha dejado la pandemia en el país. Entrando en materia, el pasado 5 de enero el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) publicó la variación en la inflación anual, con un resultado de 5,62%, superior en poco más de cuatro puntos porcentuales a la de 2020 que había cerrado en 1,61%. Por su parte, para el mes de diciembre la variación fue de 0,73% que, descontando el resultado del mes de mayo por la presión inflacionaria resultado del paro nacional, fue el resultado más alto a nivel mensual en 2021.

Las presiones inflacionarias en 2021 fueron comandadas por la variación anual en los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas, que presentaron un resultado de 17,23%, impulsado por el aumento del costo del transporte, así como por las interrupciones que ha tenido el sector desde el segundo trimestre del año, el incremento en el costo de los insumos y materias primas en el entorno internacional y la volatilidad en las condiciones climáticas. A esta variación le siguió la de restaurantes y hoteles, con una tasa de 8,83%, y transporte, con un 5,69%. Por otra parte, también hubo dos variaciones negativas en los sectores de prendas de vestir y calzado, con una variación anual de -2,60%, y en el sector de información y comunicación, con -12,10%, lo que pudo haber aliviado los bolsillos de los colombianos, considerando que el aumento de la demanda en diciembre genera efectos inflacionarios estacionales.

Finalmente, otro resultado que vale la pena destacar es el de la variación de la inflación anual sin alimentos, que fue de 3,44% y superior en 2,41 puntos porcentuales a la del año pasado, mientras que la mensual en esta materia fue de 0,44% y superior en siete puntos básicos a la de diciembre de 2020, cuando se encontró en 0,37%. En otras palabras, más allá del importante alza en los precios de los alimentos, la creciente demanda por otros bienes y servicios también ha empujado al alza el nivel de precios de la economía.

Ahora, el comportamiento del nivel de precios por división de gasto también se refleja en la inflación de cada segmento de ingreso de la población. En efecto, puesto que el peso de los alimentos y bebidas es más alto en las canastas de los hogares de más bajos ingresos, su tasa de inflación, en este caso, es más alta que el promedio nacional. Así, tanto los hogares pobres como los vulnerables tuvieron una inflación anual de 6,85%, 1,23 pp por encima del resultado nacional. En contraste, los hogares de clase media reportaron una tasa anual de 5,78% y los de altos de ingresos de 4,39%.

Ahora bien, los mencionados resultados de la variación de precios al consumidor en el país obedecen a distintos factores de orden local, así como también de algunos de índole internacional, pero que de igual manera se encuentran bajo el marco de la pandemia que ha afectado al globo en su conjunto. Durante 2021, en Anif destacamos la influencia del paro nacional, la baja producción agregada comparada con los niveles prepandemia y la velocidad de la disminución del desempleo y, por ende, del aumento de la capacidad adquisitiva de las personas, frente a la recuperación de la oferta, como los factores más importantes a nivel nacional que repercutieron positivamente en la inflación durante el desarrollo del año que terminó. Sin embargo, a nivel internacional también hubo factores que de algún modo impactaron los niveles de precios locales como lo fueron el aumento de la inflación de nuestro principal socio comercial, Estados Unidos, la baja velocidad de recuperación de la oferta mundial frente a la de la demanda y la crisis internacional del transporte de carga y de la disrupción de las cadenas de suministro, sumado a la considerable depreciación que sufrió el peso colombiano frente a las monedas más fuertes del mundo, particularmente frente al dólar.

Esos factores en su conjunto hacen pensar que el futuro inmediato no será optimista, al menos en lo que se refiere al nivel de precios de la economía colombiana. Consideremos, en un primer momento, que este aumento considerable de la inflación, por definición, ya ha producido sus primeros efectos en aquellos bienes y servicios cuyos costos se encuentran atados al indicador. Es el caso de los arriendos, el avalúo catastral, peajes, topes de matrículas escolares y servicios de salud, de restaurantes y domésticos que aumentan con base en la inflación del año inmediatamente anterior. Por su parte, la inflación récord que presentó Estados Unidos de 7% en diciembre de 2021 obligará a la Reserva Federal a tomar decisiones sobre la tasa de interés más temprano de lo esperado, lo que tendrá repercusiones en la tasa de cambio que afectará los precios de las importaciones. Finalmente, la crisis del transporte y de las cadenas de suministro globales podrían solucionarse en el mediano plazo, razón por la cual la oferta internacional seguirá con afectaciones y generará presiones inflacionarias por importaciones y costos de transporte en los próximos meses.

En Anif creemos que la inflación en 2022 se acercará al rango meta únicamente a partir del inicio del cuarto trimestre y finalizará el año con una variación del orden de 3,87%. No obstante, cabe resaltar que hay factores adicionales para tener en cuenta que de alguna manera repercutirán en el nivel de precios a los consumidores. Por ejemplo, las elecciones presidenciales, en Colombia que se han caracterizado por su alto grado de incertidumbre, así como las repercusiones que todavía enfrentan los demás indicadores económicos.

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