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Analistas 31/12/2019

Hace 34 años y medio conocí a Enrique Peñalosa

Mauricio Rodríguez Múnera
Periodista y Profesor de Liderazgo - Universidad Externado

Hace 34 años y medio conocí a Enrique Peñalosa. Él era el decano de la facultad de Administración del Externado y estaba buscando un profesor de finanzas. Su hermano Guillermo, de quien yo había sido monitor de esa materia, me recomendó puesto que en ese momento yo era profesor de finanzas en Los Andes.Una entrevista que iba a ser de 30 minutos se prolongó durante varias horas, porque después de despachar el asunto de la cátedra empezamos a conversar sobre el futuro de Colombia, con especial énfasis de Peñalosa en Bogotá - su pasión, su obsesión, su vocación.

El mayor orgullo de mi vida profesional durante estos pasados cinco lustros es haber sido todos estos años un buen obrero de este gran arquitecto de la capital.Sufrimos cinco derrotas electorales pero a punta de resiliencia, perseverancia y ese impresionante amor que siente por Bogotá, Peñalosa logró ser dos veces Alcalde - el mejor de la historia.

Peñalosa es un mal comunicador, a veces arrogante y en ocasiones su terquedad ha sido contraproducente.Pero su legado está lleno de grandes logros que superan- por amplio margen- los de cualquiera de sus antecesores.No voy a listar de nuevo esos sobresalientes resultados de sus gestiones porque los medios - por fin ! - los han reconocido en el balance de su actual y pasada administración.

Quiero tan solo destacar algunas de sus contribuciones más significativas que van más allá de los indicadores tradicionales.Como profesor de liderazgo que soy desde hace unos años, para mí la mejor definición de un líder excepcional es la que afirma que es alguien que tiene la habilidad de soñar en grande - ser visionario, y la capacidad de convertir su sueño en realidad - ser un gran ejecutor. Imposible mejor descripción de lo que ha sido Peñalosa en su carrera pública.

Le escuché a Al Gore (exvicepresidente de EEUU) afirmar que los mejores líderes crean y/o fortalecen las instituciones. Pues eso fue lo que hizo Peñalosa en sus dos alcaldías, con grandes dificultades en la segunda pues recibió una administración desbaratada - politizada, paralizada e incluso corrupta en algunos sectores como el de la Salud.

Pero tal vez el logro más trascendental de Peñalosa es que deja muy alta la vara con la que se medirán en el futuro las gestiones de sus sucesores. Será muy difícil superar lo que hizo su administración en prácticamente todos los frentes. Esos estándares tan elevados serán claves para seguir impulsando la transformación de la capital. Los ciudadanos serán muy exigentes, no se conformarán con el populismo o la "carreta" altisonante sino que demandarán resultados tangibles como los obtenidos en los pasados cuatro años.

Peñalosa pudo hacer todo lo que hizo gracias a su especial talento para seleccionar, guiar e inspirar a secretarios, directores y gerentes de la más alta calidad personal y profesional. Su equipo fue "extremo" - para usar el concepto empleado por los expertos en desempeño colectivo del más elevado nivel. Estoy seguro de que varios de sus miembros serán alcaldes o alcaldesas, ministros, o dirigentes importantes en el sector privado.

Hoy termina para mí esa extraordinaria experiencia que fue haber sido durante casi 35 años un fiel escudero de quien deja múltiples huellas de enorme progreso en esta bella ciudad en donde nací y a la que adoro.

Gracias totales Enrique Peñalosa por haber dejado a Bogotá- con su labor íntegra, valiente e infatigable de toda una vida dedicada a servirla- muchos metros más cerca de las estrellas.

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