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Analistas 16/12/2022

Pensiones: respuestas a los lectores

Mauricio Olivera
Vicerrector Administrativo y Financiero UniAndes

En las últimas semanas he recibido mensajes de diferentes lectores sobre algunas de las columnas que he escrito sobre pensiones. En esta última columna del año agradezco el tiempo dedicado a leer mis columnas y a enviarme comentarios muy estructurados. En una extensa carta, un lector conocedor del tema se basa en hechos históricos para afirmar que el problema real del Régimen de Prima Media que administra Colpensiones no son las pensiones altas sino un Estado que no aportó los recursos que debía desembolsar. Solicita que no se estigmatice a las personas que tienen pensiones mayores de 10 millones de pesos y que se presente un análisis más adecuado.

Tiene razón. En la ley 90 de 1946 que creó el seguro social obligatorio se definió que la cotización al sistema debía ser tripartita, una parte cotizada por el trabajador, otra por el empleador y otra por el Estado. El Estado nunca realizó su aporte. Cerca de medio siglo después, en 1994, el Estado le entregó al Instituto de Seguros Sociales (ISS) el 83% de la propiedad del Banco Central Hipotecario (BCH) como parte de pago de una deuda generada por el manejo de las reservas -los ahorros pensionales- del seguro social. Un lustro después, en la crisis económica de 1999, el BCH quebró y las reservas del RPM desaparecieron. A lo largo de este siglo las cotizaciones no han sido suficientes para pagar las pensiones y ha sido necesario acudir a recursos del presupuesto nacional. Hoy se destinan recursos equivalentes a alrededor de 1,5% del PIB del presupuesto nacional para el pago de pensiones de Colpensiones.

Desde que se necesitaron recursos del Estado se empezó a hablar de la regresividad y los subsidios del RPM. Sin embargo es importante recordar que este sistema, que también se llama de reparto, fue creado en Alemania por el canciller Otto von Bismarck en 1881, y existe en la mayoría de países del mundo. El envejecimiento poblacional, fenómeno demográfico que está ocurriendo en el mundo entero, ha puesto en riesgo estos sistemas. Con más adultos mayores y menos jóvenes, el reparto está enfrentando retos financieros.

Los argumentos históricos del lector son acertados en el sentido que no son los pensionados con pensiones altas los responsables de la crisis. Es el sistema que genera inequidades y que enfrenta retos financieros. Esto no quiere decir que no sea necesario reformarlo, pensando en las generaciones presentes y futuras, y sin afectar los derechos adquiridos. Sin juicios de valor, y pensando en el mayor bienestar de la sociedad colombiana.

En la misma línea, otro lector pregunta si estoy de acuerdo con la complementariedad entre los dos regímenes, el RPM y el RAIS en los 4 SMMLV. En la columna afirmé que es necesario un estudio actuarial para definir el nivel adecuado. La propuesta original, presentada hace 10 años en mi paso por el ministerio del trabajo, hablaba de la complementariedad en el primer salario mínimo. Algunos analistas han afirmado que 4 SMMLV generan una deuda enorme -los subsidios- afectando a las generaciones futuras. Sin embargo, es necesario tener más elementos para tomar la decisión basada en datos. Por ejemplo, los efectos en el ahorro y la cobertura que tendrían los fondos privados.

La reforma pensional debe basarse en análisis de datos sólidos y discusiones técnicas. Una reforma pensional no se hace frecuentemente, y por eso sus efectos son de largo plazo, en nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos. Lo menos recomendable es que se haga a través de discusiones ideológicas. Muchas gracias a los lectores por abrir estas discusiones.

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