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Analistas 25/08/2023

Panel en el CEC de la Andi

Mauricio Olivera
Vicerrector Administrativo y Financiero UniAndes

La semana pasada participé en el panel de la Andi sobre las reformas laboral, pensional y de salud. El panel fue liderado por el presidente de la Andi y por parte del gobierno participaron los viceministros de salud y de relaciones laborales del ministerio del trabajo. La conclusión más importante del panel, expresada por los dos viceministros como respuesta a la invitación del presidente de la Andi, es que el gobierno está dispuesto a un diálogo constructivo y abierto para consensuar las reformas.

Mis comentarios se centraron en las reformas laboral y pensional. Los objetivos de las dos reformas deben ser resolver los retos del mercado laboral y del sistema pensional. Sobre el mercado laboral, dos puntos importantes. En primer lugar, el gobierno afirma que la reforma laboral no tiene como objetivo la generación de empleo. Sin embargo, la contrapartida de los costos laborales es la productividad laboral. Un estudio de Econometría Consultores muestra que Colombia es uno de los países con menor productividad laboral en América Latina, y un trabajador en esta región produce 35% de lo que produce un trabajador de los países de la Ocde. Analiza la oferta laboral (las personas que buscando empleo ofrecen su trabajo) y la demanda laboral (las empresas que están buscando trabajadores) y encuentra que en el nivel educativo técnico y tecnológico las empresas no encuentran personas con el conocimiento, las competencias y las habilidades necesarias y, por consiguiente, hay vacantes que se no pueden llenar. Por eso, la revisión de la formación para el trabajo, cuyo mayor oferente es el Sena, debería estar en el orden del día de las políticas públicas del mercado laboral.

La formación para el trabajo no está incluida en el código sustantivo del trabajo ni en la reforma laboral. Pero si la reforma incluye aumentos en los costos, por ejemplo, de contratación y despido, la relación entre costos y productividad indica que las empresas estarían menos dispuestas a contratar trabajadores. Por ende, la reforma tendría un efecto negativo en el empleo y en la informalidad.

En segundo lugar, la reforma laboral que presentó el gobierno el semestre pasado buscaba un tratamiento diferente al mercado laboral del sector rural, a los sectores que se automaticen, y a los trabajadores de empresas domiciliarias. Esto indica que la reforma identifica que existen diferentes realidades laborales en diferentes sectores. Se podría diseñar la reforma legislando sobre cada sector de manera diferente, o diseñar una legislación que ayude el mercado laboral en todos los sectores. La recomendación para la reforma laboral es centrarse en la segunda opción, aceptando y formalizando diferentes formas de trabajo.

Sobre la reforma pensional, aunque gran parte de sus objetivos apuntan a aumentar la cobertura, a través de mecanismos como la cotización por semanas y la pensión anticipada, si en el mercado laboral los trabajadores no pueden cotizar, difícilmente la cobertura pensional aumentará. La reforma laboral y la pensional deberían tener el mismo objetivo: reducir la informalidad en el mercado laboral para que los trabajadores puedan cotizar independientemente de su trabajo y así puedan pensionarse.

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