2022-2026

Hay nerviosismo e incertidumbre. No es para menos, por primera vez en la historia de Colombia un hombre de extrema izquierda llega al poder. Y seamos francos, no es cualquiera, se trata de alguien que inició su vida política el mismo año que arrancó su vida clandestina en el movimiento guerrillero M-19.

Un gobierno de izquierda es para muchos colombianos un futuro incierto, incluso para aquellos que le apostaron al cambio. Pero vamos a ponernos de acuerdo: si a Gustavo Petro le va bien a todos nos va bien, el país lo construye cada uno y no podemos hacerlo sobre expectativas negativas. Nuestro ánimo para sacar adelante a Colombia tiene que ser superior al miedo y las inquietudes de algo que muchos se imaginan, pero que no ha pasado. Eso por supuesto no nos impedirá, asumir una actitud vigilante en todo momento o crítica cuando se requiera. Fijada esa tarea, ahora quiero plantear los retos del siguiente gobierno.

1. Unidad nacional: Gustavo Petro fue elegido en el éxtasis de la polarización. Su elección dejó un país partido casi que por la mitad. Sin embargo tendrá que gobernar también para las más de 10 millones y medio de personas que no votaron por él o incluso votaron en su contra, los que preferían un proyecto distinto pero están en la misma Colombia.

2. Gobernabilidad: Para sacar adelante las reformas, por mínimas que parezcan, el nuevo presidente debe garantizar mayorías en el Congreso. Esas mayorías se construyen con base en el diálogo y el respeto por todas las fuerzas políticas.

Tiene una oportunidad de oro para demostrar que la izquierda puede gobernar con respeto

3. Garantías a la oposición: La gobernabilidad también depende de la gestión qué haga frente a sus opositores. Petro deberá entender a quienes desde hoy quedan en el mismo lugar que él ocupó por años.

4. Gabinete pluralista: El nuevo presidente debe asumir que quien ganó las elecciones no fue el candidato radical de la primera vuelta sino el moderado de la segunda. Eso necesariamente tendrá que verse reflejado en las personas que nombre al frente de cada ministerio.

5. Preservar la institucionalidad: Gustavo Petro ya no es el candidato, ya no es el senador o el jefe de la oposición, ahora es la cabeza del Estado debe, en medio de sus planes de reforma, devolver la confianza en las instituciones y no deslegitimarlas con discursos que desgasten su investidura.

6. Separación de poderes: El hombre que en los últimos meses se alzó en críticas porque supuestamente el gobierno tenía Fiscal y Procuradora de bolsillo, no puede volverse en contra de sus propios reclamos. Un error, que no debe repetirse, fue hacer en su primer discurso como mandatario electo solicitudes expresas a los órganos de control.

7. Libertad de prensa: Los reporteros fuimos maltratados en medio de la campaña. Sin que eso limite las reflexiones a las que está llamada la prensa, el nuevo Presidente deberá respetar la independencia, aceptar las críticas y entender que una de las razones de ser de los periodistas es el control al poder.

8. Honrar la izquierda democrática: Petro tiene una oportunidad de oro para demostrar que la izquierda puede gobernar con respeto y ponderación. No puede convertirse en un líder autoritario que busque perpetuarse en el poder. Al contrario, debe permitir la alternancia de tal forma que se disipen los fantasmas de eventuales regímenes que empobrecen y desmontan el aparato productivo del país.