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Analistas 20/01/2025

Ajustar las velas hacia EE.UU.

María Claudia Lacouture
Presidenta de AmCham Colombia y Aliadas

Hoy comienza el segundo mandato del presidente Donald Trump con tanta expectativa que muchas cosas empezaron a cambiar con anticipación en el ámbito político, económico y comercial de ese país y a nivel global, no solo porque llega infundado de mayor respaldo legislativo y experiencia en la gestión gubernamental, sino porque estará acompañado por un equipo más alineado con su visión estratégica para una administración de corte pragmático y transaccional.

Para Colombia este contexto representa desafíos y oportunidades y, si bien hay que esperar a que se produzcan las novedades y dar un compás de espera para analizarlas, lo que no podemos esperar es a definir una visión estratégica respecto a las relaciones bilaterales y desarrollar el trabajo de campo para que el sector público -y el privado- establezcan contactos y construyan propuestas.

De momento seguimos en el campo de la especulación y, en general, damos por sentado que habrá más aranceles, proteccionismo y presión comercial, suponemos que se cumplirán las advertencias sobre seguridad y que cada país se prepara para lo que le pueda pasar.

En el caso colombiano las tareas incompletas están principalmente en los asuntos del narcotráfico, la migración, la inseguridad, la propiedad intelectual y el comercio.

A pesar de estos desafíos, la relación entre Colombia y Estados Unidos no se reduce a la interacción entre presidentes. Existen vínculos bipartidistas en el Congreso, el sector privado y la sociedad civil, que han permitido mantener la cooperación a pesar de diferencias políticas. Un ejemplo fue la negativa del Congreso de EE.UU. a reducir en 36% la cooperación con Colombia, a pesar de la solicitud de Trump en su primer mandato.

Más allá del impacto político, el comercio tiene su propia dinámica y la posible reducción de importaciones estadounidenses desde países como México, Canadá y China podría abrir espacios para Colombia.

“Si no puedes cambiar el viento, ajusta las velas”, dice el adagio popular, razón por la cual la Cámara de Comercio Colombo-Americana (AmCham Colombia) ha identificado productos colombianos con ventaja comparativa en EE.UU.: 144 frente a China, 43 frente a Canadá y 37 frente a México, destacando sectores como agroindustria, textiles, manufacturas, productos químicos, servicios y bienes de valor agregado.

Además, 23 estados estadounidenses tienen interés en estos productos. Las oportunidades no se concentran exclusivamente en las regiones más industrializadas del país, también departamentos como Arauca, Caquetá, Casanare y Putumayo pueden diversificar su producción y competir en este mercado.

Respecto al nearshoring que promueve Estados Unidos para reubicar cadenas de suministro, Colombia, con su ubicación estratégica, un acuerdo comercial vigente y una fuerza laboral competitiva, está bien posicionada para beneficiarse, aunque dependerá de su capacidad para alinear intereses estratégicos y fortalecer su competitividad.

Las relaciones dependerán de una actitud proactiva entre las partes, mirar hacia el futuro con proyectos nuevos e innovadores que permitan a Colombia crear el desarrollo y la riqueza necesaria para afrontar los desafíos pendientes.

Colombia debe ajustar el velaje, actualizar su carta de navegación, afrontar los desafíos de forma pragmática, pausada, y aprovechar al máximo las oportunidades.

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