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Analistas 14/02/2013

Precio de los combustibles

Marc Hofstetter
Profesor de la Universidad de los Andes
La República Más
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La semana pasada el Gobierno y el Banco de la República anunciaron con bombos y platillos una nueva fase en su batalla contra la revaluación. El Ministro intentó alinear las expectativas del mercado hacia los estimativos del nivel de equilibrio que rondan, según nos contó, los $1.950 por dólar. El Banco aumentó en 50% sus compras de divisas y el gobierno convenció a Ecopetrol de enfocar sus planes de endeudamiento en moneda local. 

En medio de la renovada artillería devaluacionista el Gobierno atendió reclamos de sectores específicos del aparato productivo colombiano otorgándoles medidas de protección arancelaria. El Ministro de Hacienda rápidamente entendió que una vez se conceden ayudas a unos, otros también las querrán. Anunció, por tanto, que el Gobierno no es amigo del proteccionismo y que las barreras de marras eran casos particulares pero no hacían parte de una estrategia gubernamental general. Enfatizó además que el gobierno buscaría alternativas para reducir los costos de producción y comercialización de los productores colombianos para compensarlos por la poca competitividad cambiaria. 
Así, quizás sea hora de pensar seriamente el planteamiento del Ministro, e idear medidas transversales que ayuden a todos por igual y no a los más ruidosos. Va una idea: reducir los costos de los combustibles. No estoy pensando en la cacareada y marginal reducción de los tributos sobre la gasolina. Bajarle $200 al galón no haría la tarea. Estoy hablando del precio al por mayor que Ecopetrol cobra. Ese precio lo determina el Gobierno y la tradición dicta que se cobre teniendo como referencia los precios de los combustibles en el exterior. La lógica de la fórmula es que ese es el precio que Ecopetrol obtendría si vendiera afuera su producto. Pues bien, quizás haya llegado el momento de repensar esa lógica. Una reducción drástica en los precios de los combustibles sería una medida transversal que abarataría la producción y comercialización de nuestros productos. 
¿Qué la medida propuesta no es gratis? De acuerdo, pero tampoco lo son las intervenciones cambiarias y además estas tiene un efecto incierto sobre la tasa de cambio. El año pasado el Banco estimó los costos en los que incurre por la intervención cambiaria. 
Los estimativos indicaban que por cada US$100 millones comprados, el Banco perdía cerca de $9.000 millones. Si el ritmo de las intervenciones anunciado se mantiene a lo largo del año, los costos que asumiría el Banco-y por tanto el presupuesto nacional-superarán los $600.000 millones en 2013.
¿Qué la medida es una intervención gubernamental en un precio que debería fijar el mercado? Puede ser, pero también lo es el actual precio y también lo es la intervención cambiaria. ¿No será hora de dejar de poner el monopolio estatal sobre Ecopetrol al servicio de extraer rentas a través de altos precios y ponerlo al servicio del aparato productivo y los consumidores colombianos? 
Sin caer en el populismo petrolero del vecindario, sin poner en riesgo la principal empresa del país, hay un trecho largo que permite reducir los precios de los combustibles. En lo que va del gobierno de Santos el Banco ha incurrido en pérdidas por culpa de la intervención cambiaria de más de un billón de pesos. El Gobierno, sólo en ayudas a los cafeteros ha gastado más de $800.000 millones. Con sólo esas dos fuentes, habría habido recursos por $1,8 billones que se habrían podido invertir en medidas más efectivas y más transversales. 

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