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Analistas 14/09/2017

40 horas

Marc Hofstetter
Profesor de la Universidad de los Andes

En el verano de 1962 en Ginebra, Suiza, se reunió la asamblea general de la Organización Internacional del Trabajo. De dicho congreso emergió una recomendación sobre la extensión de la jornada laboral. Esa recomendación sugería a los gobiernos tomar medidas de cara a reducir la duración máxima de la jornada laboral a 40 horas semanales. El acuerdo resaltaba que la transición hacia el nuevo límite se podía hacer de forma progresiva y enfatizaba que bajo ninguna circunstancia podía hacerse a costa de un menor salario para el trabajador.

Han pasado más de 50 años desde la emisión de dicha recomendación, tiempo más que prudente para evaluar su aplicación tanto en los códigos de trabajo como en los datos que nos cuentan, en la práctica, cuánto tiempo laboran realmente los trabajadores. Sobre lo primero-las reglas de juego-las de Colombia siguen ancladas a las que estableció el gobierno en 1950 a través de un decreto amparado, dicho sea de paso, por el Estado de Sitio. Ese decreto estipuló que la máxima jornada laboral sería de 48 horas semanales. Desde entonces se han hecho múltiples reformas al código pero ninguna a ese máximo legal. En Colombia la jornada laboral máxima sigue siendo de 48 horas semanales, es decir, una que excede en 20% a la recomendada por la OIT hace más de medio siglo.

Uno podría pensar que si bien la ley impone ese límite superior, en la práctica, los acuerdos entre trabajadores y empleadores pueden llevar a equilibrios distantes de los techos de la ley. Una mirada a los datos colombianos del último cuarto de siglo da cuenta de un escenario más agrio que dulce. Según los datos que reporta la OIT, los trabajadores colombianos tienen jornadas laborales que en promedio duran 44 horas. El único pedazo dulce de ese dato es que la cifra ha caído en cuatro puntos porcentuales durante el último cuarto de siglo.

El pedazo más agrio es la comparación internacional del dato. Si uno toma todos los países de la Ocde y todos los de América Latina para los cuales la OIT recoge esta estadística, encuentra que Colombia encabeza con Panamá, Costa Rica y Corea la lista de naciones donde más horas por semana se trabaja. En nuestra región, Perú y Argentina con 38 horas son los que registran el menor número. En los países más avanzados de la muestra, la mayoría se ubica entre 35 y 38 horas por semana si bien hay algunos con cifras aún menores.

En una línea similar, la OIT recoge otra estadística relaciona con la extensión de la jornada laboral: el porcentaje de trabajadores que tiene jornadas que exceden las 48 horas semanales. El dato de Colombia es 29,3%: casi la tercera parte de nuestros trabajadores no solo no tiene jornadas de no más de cuarenta horas, sino que superan las 48. Si comparamos eso contra todos los países de la Ocde y de América Latina, encontramos que Colombia es el tercero con el estadístico más alto. Y de hecho aquí no solo importa el ranking, sino la magnitud de las diferencias. En la gran mayoría de los países de esa muestra, el estadístico es de un solo dígito.

Ahora que se avecinan los debates de fondo en la campaña presidencial, este es un tema que debería estar en el programa de todos y no debería terminar el primer año del próximo gobierno sin que pongamos nuestro código laboral a tono con la recomendaciones de 1962.

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