.
Analistas 14/11/2018

Trump y su reelección

Manfred Grautoff
Consultor de seguridad nacional

Los principales medios de comunicación de Estados Unidos tienen una fuerte disputa con el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, por la forma como él ejerce su función. Sin embargo, esta confrontación viene desde antes de comenzar la campaña presidencial, al ser un ‘outsider’ proveniente del entretenimiento y la construcción, no de los menesteres de la política; incluso su propio partido tampoco lo aceptaba.

Desde que comenzó su labor ejecutiva, el escrutinio mediático ha sido inclemente, no hay semana en que Trump no esté en las páginas editoriales por distintos motivos desde hechos de la geopolítica de transcendencia internacional o por acciones frívolas de su entorno, que él termina empleando a su favor.

En la última semana, asistimos a las elecciones de medio mandato o por su denominación en ingles, ‘midterm’; en estas se definían el control de la Cámara Baja, el Senado, y las gobernaciones de los Estados de ese país. A diferencia de otras elecciones de esta categoría, estas terminaron por convertirse en un instrumento de aprobación a la gestión presidencial, además de servir como referente para los comicios presidenciales de 2020.

De acuerdo con las encuestas, era previsible que el Partido Republicano perdiera el control de la Cámara de Representantes, mientras que el Senado se pronosticaba, lo mantuvieran de forma precaria. Ese hecho, dio los incentivos para que el Presidente en ejercicio saliera de campaña por todo el país para mantener el control de la Cámara Alta y recortar la brecha sobre la Cámara Baja, un hecho inusual en este tipo de comicios.

Los demócratas habían advertido que le propinarían una victoria aplastante a Trump en el Congreso, incluyendo las gobernaciones, pero eso no sucedió, la victoria demócrata es frágil. Asumir que este triunfo es una derrota sobre el presidente Donald Trump es un error, porque el sistema de votación parlamentaria es de lista abierta, es decir, se vota por la figura, asimismo, dentro del parlamento no existe disciplina de partido al momento de votar proyectos de ley. Eso quiere decir, que la distancia que obtuvieron los demócratas no les garantiza que puedan bloquear los proyectos del ejecutivo.

Además, debe recordarse que Bill Clinton en 1994 perdió el control de la Cámara de Representantes por 52 escaños y el Senado por 10 sillas, de igual forma Barack Obama durante 2010 perdió 62 escaños en la Cámara de Representantes manteniendo el Senado; mientras que Trump solo perdió 32 sillas en Cámara baja manteniendo el control de la Cámara Alta.

Esa tendencia muestra, que es muy probable que Donald Trump haya debilitado las opciones parlamentarias del Partido Demócrata, lo que termina por darle fuerza electoral para ser reelegido en 2020, sin contar que tiene un importante factor de su lado, la economía norteamericana lleva un crecimiento similar al que condujo a la reelección de Bill Clinton.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA