Aumento en la venta de armas

Es singular que mientras algunas naciones muestran tendencia hacia la pacificación de sus sociedades, el mercado legal de armas refleje un incremento sustancial que no se presentaba desde hace cinco años. Así lo dejó expuesto el más reciente informe publicado por el Instituto Internacional de Investigación de la Paz de Estocolmo, ofrecido como la “evaluación anual de la venta mundial de armas”.

De acuerdo con el texto, en el mundo se ha presentado un incremento de 38% en la venta de armas en relación con 2002, año en que el Instituto realizó la primera de estas mediciones. En el citado reporte se precisa que el aumento en la venta de armamento no es sorpresivo; al contrario, era algo esperado que llega impulsado por una variedad de nuevos programas nacionales militares (que incluyen planes de modernización), diferentes tensiones regionales agudizadas y el desarrollo de operaciones estratégicas de diversa índole. Además de lo anterior, la evolución de dicho mercado está ligada al dinamismo presentado por las corporaciones multinacionales proveedoras de artefactos bélicos. Las cifras son esclarecedoras.

El top 5 en la materia tiene a cuatro multinacionales estadounidenses y a una británica. En orden de ventas aparece en primer lugar la compañía Lockheed Martin Corp. con US$40.830 millones (de los cuales 86% de las mismas obedece a armamento). Luego aparece la también estadounidense Boeing con US$29.510 millones, mientras que la tercera posición es ocupada por la igualmente americana Raytheon con ventas para 2016 por un valor total de US$22.910 millones. La cuarta posición es ocupada por la compañía británica BAE Systems (con operaciones por valor de US$22.790 millones) y cierra el ranking, en quinta posición, la estadounidense Northrop GrummanCop., que presentó ventas por valor de US$21.400 millones. Es decir, las cinco firmas acumularon ventas totales para el año 2016 de US$137.440 millones.

De acuerdo con Aude Fleurant, directora del Programa de Armas y Gastos Militares del Instituto, el mundo de hoy está rodeado de tensiones que llevan a los países a implementar cada vez más sólidos y amplios programas de armamento, en función de mejorar las posibilidades disuasorias en las áreas geográficas en las que se encuentran. Por tanto, a pesar de los avances en procesos de democratización y pacificación, es claro que los gobiernos no tienen contemplado ceder ante los demás en lo que se refiere al fortalecimiento de su aparato militar.

Un caso específico que se analiza en el reporte es el de Corea del Sur, país que presenció un aumento superior a 20% en las ventas que sus empresas del sector hicieron el año anterior. Esto se debe al aumento de las tensiones con el hostil Estado del Norte y a la necesidad creada por parte del gobierno central, de fortalecer el esquema defensivo, a través de un plan que desde los años 70 se puso en práctica.

Hay que anotar que se está ante un fenómeno muy particular y, en parte, paradójico. Aunque las ventas de armas aumentaron como no lo hacían desde hace cinco años, las bajas en combate -como los conflictos-, bajaron en número. El informe presenta un descenso en las víctimas fatales. Al comparar las bajas durante 2016, en relación con las de 2015, se evidenció una caída de 14%, y si se analizan con base a 2014, el descenso presentado es de 22%. En materia de conflictos, durante 2016 se presentó la finalización de tres de ellos, pasando de 52 en 2015, a 49 en 2016. El caso colombiano se incluye en esos que, al menos en teoría, han quedado en el pasado.

Detrás de todo el tema armamentista hay aspectos tecnológicos, de innovación y avance científico que llevan a que las ventas sigan siendo una constante inevitable. De hecho, incluso en casos como el nacional (que finalizó su conflicto con las Farc), el gobierno analiza la modernización de su fuerza aérea, lo que podría parecer ilógico, aunque definitivamente no lo es.