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ANALISTAS 10/09/2025

¿Corrigiendo los “errores” de Dios?

De nuevo la Corte Constitucional en su tarea de “juez justo”, tomó una decisión polémica, declaró ajustados a la Constitución los artículos 4 y 5 de la Ley 2358 de 2024 que dispuso una “transformación cultural”. Así pues, a partir de 2027 prohíbe las corridas de toros, las peleas de gallos y el coleo entre otras, es decir, en dos años pretenden borrar de un plumazo miles de años de evolución natural y culturas ancestrales, palabra que suelen usar por estos tiempos quienes lideran estos temas ubicados al poniente político.

Los toros de lidia son animales que datan del paleolítico esto es, unos 10.000 años antes de Cristo. Vivieron en Europa donde eran cazados en defensa propia y por comida, y fue esto último, comer carne, lo que llevó a la evolución del cerebro de nuestros parientes prehistóricos al que tenemos en la actualidad. Lo mismo ocurrió con los “gallos de pelea” que, como raza, surge de la misma manera hace más de 3.000 años conociéndose que los griegos y chinos organizaban eventos tal como se viene haciendo hace más de un siglo, en muchas regiones de Colombia.

En estas razas de animales los machos son quienes tienen esta tendencia agresiva y territorial, convirtiéndola en su forma de selección natural. El más fuerte, el más fiero y el que gana es en últimas, el que tiene derecho a procrearse y a transmitir esos genes guerreros a su descendencia. Los humanos se dieron cuenta de que esto les podría servir para entretenerse y lo que fue un desarrollo natural, se convirtió con el paso de los siglos, en una cultura.

Esta izquierda que se conduce con mucha arrogancia, cree que si gobierna la naturaleza, están corrigiendo “los errores de Dios” cometidos desde la creación. En este caso, serán sin duda alguna, los culpables de la extinción de dos especies.

La naturaleza desde el origen mismo del mundo se ha comportado como un régimen de ultraderecha, pues se basa en la supervivencia del más fuerte, del más apto y solo de esa manera hay evolución sin intervención humana, pues somos producto de la misma. Esto pretenden cambiarlo y se han querido apropiar de ella, pero no de la que existe, sino de la que ellos quieren que exista y así controlar todo; la economía, los recursos de la nación dando a cuentagotas sus migajas llamándolo justicia social.

Optan por mascotas, como una forma “coherente” de actuar, vuelven veganos a sus gatos como ellos lo son, y en esta forma de violencia encubierta, los depredadores no debían existir, pues son el arquetipo del capitalismo.

Se creen tan dueños de la vida que con una mano dicen defender los animales, pero con la otra, promueven el aborto en los seres humanos por la peor razón; el aborto como método de planificación familiar porque a un niño por nacer, lo rotulan como problema, esa es su verdadera cultura de la muerte.

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