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Analistas 01/04/2024

“Motivator”

Lewis Acuña
Periodista
La República Más

Arnold Schwarzenegger destruyó su familia. Fue el responsable confeso y ningún fracaso lo ha hecho sentir peor… y eso que enfrentó derrotas contundentes durante su carrera de fisicoculturista, protagonizó películas que lo avergonzaron y habitó más de una vez en lo más bajo de los índices de popularidad como gobernador de California.

Sin embargo, esa traición prácticamente lo sepultó vivo en todos los aspectos de su vida. Su relación con una de sus empleadas domésticas destruyó 25 años de matrimonio. La cultura de la cancelación se regodeo con su infidelidad. Estudios de cine, negocios, planes, todo se esfumó. Salvo los medios amarillistas, ellos le dieron todo el protagonismo perdido y la que era su mayor vergüenza, se convirtió en una fábrica de chismes.

A todo el mundo -dice Schwarzenegger- le gusta una historia que termina en tragedia, en especial, cuando es el poderoso quien cae. Pero la sensación es maravillosa cuando logras levantarte, es lo que le da gracia y sentido a ser derribado por las circunstancias, los errores o las crisis. Levantarse fue su decisión cuando las opciones que evaluaba eran si valía la pena limpiarse y comenzar nuevamente un lento ascenso o simplemente rendirse, retirarse de la vida pública y vivir de lo que ya había hecho, que no era poco.

No es fácil, pero es así de simple: no hay un sustituto para el esfuerzo. Por más duro que sea conseguir lo que te propongas, no hay camino corto ni solución rápida que te lleve a alcanzar lo que solo puedes conseguir haciendo las cosas bien, lo que incluye reconocer los errores sin permitir que te superen. Es el esfuerzo por hacerlo el gran desafío. Lo dice quien llegó como un joven pobre de un lejano país europeo a Estados Unidos y cuya única posesión era la visión de lo que quería alcanzar. Primero como fisicoculturista y luego como actor.

“El poder de ser valiosos” es su batalla contra la negatividad, el pesimismo y la autocompasión en el mundo y para aquellos que puedan sentirse poco importantes, invisibles o desesperanzados. No es la historia al detalle de su sonado divorcio, es la del hombre que supero ese y tantos otros malos momentos, porque tal como tú, ya no puede cambiar la historia pero sí escoger hacia dónde ir. Ten una visión clara, piensa en grande, trabaja con todas tus fuerzas, vende, cambia el foco, cierra la boca, abre la mente y rompe tus espejos. Son los siete puntos esenciales que da el libro. No es fácil, pero es así de simple.

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