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Analistas 09/11/2022

Otro más

Juan Pablo Sánchez Jiménez
Conferencista de Libertank
Analista LR

El pasado 18 de octubre se radicó el Proyecto de Ley por medio del cual se crea el Ministerio de la Igualdad y Equidad. Sí, otro ministerio más. En 200 años de vida republicana el gabinete de Gobierno no ha dejado de crecer, en 1821 teníamos la cantidad de cuatro ministerios o Secretarías Presidenciales. 100 años después pasamos a tener ocho ministerios, y más alarmante es que después de la segunda mitad del siglo XX aumentó de 13 a 18 ministerios.

Con la expedición de la Ley 790 de 2002 se logró una reducción - de 16 a 13 Ministerios- mediante la fusión de algunos, sin embargo, la alegría no duró mucho, debido a que la Ley 1444 de 2011 escindió a los ministerios fusionados, volviendo a la desastrosa cantidad de 16, que luego creció a la descarada cifra de 18.

Las críticas se estructuran en dos sentidos: la primera dirigida al crecimiento exponencial del Estado, aún con las declaraciones del presidente Gustavo Petro del desajuste fiscal que dejó el Gobierno de Duque con relación a la deuda pública y el déficit fiscal vigente, no es coherente la creación de un nuevo ministerio que conlleva a más gasto estatal: si en la casa no hay para comer carne, es inaudito comprar un Smart Tv de 55 pulgadas. Tenemos evidencia del crecimiento constante de este tipo de entidades - en términos presupuestales -, durante los últimos cuatro años el Ministerio de la Igualdad de España ha pasado de un financiamiento de 181 a $525 millones de euros, y recientemente fueron aprobados $573 millones para 2023, 9% más que los aprobados en 2022. Es probable que compartamos el mismo crecimiento abrupto.

La segunda es la consideración de un ministerio plenamente ideológico. La naturaleza es diversa, desigual en todos los ámbitos de la vida, la única manera de que sea igualitaria es por medio de la intervención humana. El articulo 3 del proyecto de Ley versa sobre la eliminación de todas las desigualdades económicas, políticas y sociales a cargo del Ministerio de la Igualdad y Equidad. La igualdad material sería deseable si la cantidad de riqueza, renta o consumo estuviese dada, como si fuese una torta que tiene sus pedazos contados.

Bajo esa premisa cualquier interacción de los individuos en la vida económica se representaría en un juego de suma-cero, es decir, cualquier incremento en el capital de una persona es generado por la reducción en el capital de otra, por lo cual, a mayor desigualdad debería haber mayor pobreza, sin embargo, como la riqueza no está dada, y pueden incrementarse los recursos para todos, la desigualdad no sería un problema, incluso puede ser legítima en la mayoría de ocasiones, por ejemplo: Juan y María tienen $2 cada uno, son perfectamente igualitarios; no obstante, María logra adquirir $10 más y Juan solo $4 adicionales, teniendo un total de $12 María y Juan de $6. Si bien en un primer momento los dos se encuentran en una situación igualitaria, la posterior desigualdad está acompañada de una mayor riqueza para ambos, poco debería impórtanos que María tenga $6 más que Juan, lo verdaderamente importante es que Juan no viva en la miseria.

La consigna del actual gobierno de transformar la institucionalidad, sí es un cambio, es la mutación de un Estado mucho más grande y con nuevas instituciones ideológicas, lograremos resultados iguales a la mayoría de los países latinoamericanos que están lejos de ser deseables.

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