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Analistas 09/09/2022

Recuperemos la sensatez y la mesura

Juan Pablo Liévano Vegalara
Exsuperintendente de Sociedades

Últimamente se han generado noticias protagonizadas por funcionarios públicos y figuras nacionales, que generan mucha zozobra e inquietud, pues carecen de mesura o son incoherentes o insensatas. Duele la patria con muchas de estas opiniones o comportamientos, pues poco aportan en la construcción de un país para todos. El primer incidente se presentó con el famoso decrecimiento. Los seres humanos y las sociedades tienen la obligación de mejorar, avanzar y crecer en procura de su bienestar personal y colectivo, a través del desarrollo sostenible.

Una política pública de decrecimiento o que abandone la soberanía energética no es sensata y condena a la nación a no usar sus recursos para el bienestar ciudadano. Tampoco se puede tratar de una manera inadecuada a los periodistas, quienes simplemente hacen su trabajo. Por otro lado, los congresistas deben dar ejemplo, respetando a la autoridad y no siendo protagonistas de espectáculos indignos de su fuero.

Cuando se presenta un proyecto de ley para que sea discutido y aprobado en el Congreso, el Gobierno no debe hacer amenazas de marchas y emitir frases como “el que entendió entendió”, pues se es gobierno y no oposición. Tampoco es sensato realizar cambios arbitrarios a los manuales de funciones de las entidades, que simplemente establecen los perfiles adecuados para cada labor. No sería lógico y justo que se acomoden cuando el candidato es alguien de “las minorías” o se quiera contar con filósofos y artistas.

Ahora bien, hablando del mural de Ramón Vásquez Arroyave en el Capitolio, a los monumentos históricos, sean murales, cuadros, estatuas, etc., hay que respetarlos y dejarlos tal como están. Reflejan momentos históricos o interpretaciones de ellos que son fáciles de juzgar y descalificar con el lente moral contemporáneo. Tampoco sabemos a ciencia cierta si los liberales son liberales y los conservadores son conservadores.

El Partido Liberal, el partido del individuo y sus derechos, el de los artesanos y libre pensadores, tiende a colectivizarse, a ser parte de la amalgama de los partidos de Gobierno, por lo que parece estar renunciando de ante mano a su espíritu crítico y democrático. Y qué no decir de un patriarca de ese partido que descalificó el proceso constituyente en Chile, indicando que los procesos constitucionales o de paz no pueden someterse a plebiscitos. Por otro lado, el partido conservador, el del libre mercado, la tradición y la moral cristiana estaría renunciando a su ideología por lo que podrían ser simples cálculos burocráticos. O que tal tirar a la basura un proyecto de desarrollo, sin argumentos técnicos, al calificarlo como un proyecto de ricos o estigmatizar a los empresarios como “tacaños”, cuando en realidad, con mucho esfuerzo y cumpliendo con las reglas, generan riqueza y empleo. Finalmente, no conviene continuar limpiándole la imagen post mortem a guerrilleros, quienes a pesar de haber tenido la oportunidad de volver a la vida civil como lo hicieron muchos, continuaron delinquiendo y narcotraficando. Para que al Gobierno, al país y a todos nos vaya bien, hay que recuperar la sensatez y la mesura. Es hora de enderezar. Buen paso dio el Gobierno al nuevamente activar la extradición a los Estados Unidos.

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