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Tribuna Universitaria 20/12/2018

Navidad sin Uber

Juan Manuel Nieves R.
Estudiante de Comunicación Política
JUAN MANUEL NIEVES

Finaliza el año 2018 y se acerca la Navidad, época en la cual Colombia pareciera meterse en una burbuja de bienestar; los problemas se olvidan, la guerra para y hay un cese tácito de cualquier conflicto; como debiera ser todo el año; las familias y los amigos superan cualquier otro tema al menos durante varios días.

Fue un alivio para el Gobierno que las marchas se encontraran con diciembre; a pesar del acuerdo con los estudiantes, los demás sectores seguirían presionando, pero la Navidad rompe cualquier actividad, incluida la de las centrales obreras; de manera única se vive esta época del año en el país. Aun así, el Congreso está trabajando de manera acelerada y algunos ministerios igual, entre ellos figura el de Transporte. Sería un buen regalo para los colombianos si todo este esfuerzo se viera materializado en mejor servicio y prontitud en los trámites; sin embargo, con sorpresa nos encontramos que en el gobierno de la economía naranja, Uber y otros servicios similares reciben un golpe, sancionándose a los conductores hasta por 25 años, mientras que taxistas, con sus carros muchas veces sucios, ilegales, algunos peligrosos y deshonestos, transitan a sus anchas.

La buena aceptación de Uber y Cabify, para nombrar algunos, reside en el servicio bueno, seguro y la mayoría de veces a la par de una carrera de taxi. Éste último, famoso por su deficiente servicio e imposible de conseguir en hora pico, encontró un fuerte competidor en el mercado que debió llevarlo a mejorar; sin embargo, el gobierno en vez de apoyar la oferta y demanda que beneficia al final a los usuarios, decide prohibir, perseguir y sancionar el desarrollo, gobernando como en el siglo XX el futuro del siglo XXI. Lo más curiosos de todo este entramado es que dichas plataformas pagan IVA; entonces no se entiende cómo un servicio que paga impuesto es perseguido de esta manera.

La justicia también se pone en entredicho; un conductor borracho tiene un tiempo de suspensión entre uno y 10 años. ¿de verdad es más grave el trabajar para mejorar un servicio que conducir en estado de alicoramiento? En el papel eso parece; por ello el congraciarse con el mal servicio es una afrenta a todos los usuarios, más cuando Colombia no cuenta con transporte digno y eficiente que cubra toda la demanda en la materia; basta con intentar subirse en un taxi, Transmilenio o bus en hora pico. Y si el problema son los cupos de los taxis que valen más que el mismo carro, pues la solución es eliminarlos y dejar que el mercado regule el tema.

Bajo esta línea no demora una sanción similar para Airbnb, plataforma que revoluciona la forma de hospedarse en todo el mundo. En esta época del año muchas personas hacen autoevaluación, un examen particular que sirve para mirar lo bueno, lo malo y lo que falta por cumplir para fijarse metas en el siguiente año. Espero el Gobierno haga lo mismo y enderece tanto tema, sobre todo el de dejar trabajar. Felices fiestas.

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