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Analistas 02/06/2023

La reforma en bares y restaurantes

Juan Manuel Nieves R.
Estudiante de Comunicación Política
JUAN MANUEL NIEVES

Se avecina una reforma laboral en medio de toda una ola promovida por la presidencia. Diversos sectores están preocupados, pues con el afán de implementar el contrato laboral, están olvidando la realidad de varias empresas. Si bien es cierto que se busca promover el uso del contrato regular como el más común, es necesario abordar los desafíos específicos que enfrentan ciertas industrias, como bares, restaurantes y empresas de construcción, donde el contrato de prestación de servicios y el contrato de obra son fundamentales para su buen funcionamiento.

Los bares y restaurantes son negocios que operan bajo una dinámica particular. Dependen exclusivamente de la oferta y la demanda; Han superado la crisis de la pandemia y se enfrentan a la continua alza de los alimentos. Y no son una industria menor, según Acodres hay cerca de 167.000 establecimientos registrados que producen miles de empleos. La naturaleza estacional de esta industria, así como las fluctuaciones en la demanda, hacen que el contrato de prestación de servicios sea una opción atractiva tanto para empleadores como para trabajadores. Estos establecimientos a menudo necesitan flexibilidad para ajustar su fuerza laboral según las necesidades cambiantes, especialmente en momentos de alta demanda o eventos especiales. Una modificación sustancial del contrato de prestación de servicios podría tener consecuencias negativas, dificultando la contratación de personal adicional durante períodos de afluencia y amenazando la viabilidad de muchos negocios. A lo anterior se suma el incremento de los días festivos y posiblemente los horarios nocturnos, afectando especialmente a este sector.

Por otro lado, los contratos de obra son necesarios. En el ámbito de la construcción, el contrato de obra es fundamental para la ejecución de proyectos específicos. Las empresas constructoras suelen contratar trabajadores especializados por períodos determinados para proyectos particulares. Estos contratos de obra permiten una mayor flexibilidad y adaptabilidad a los cambios en las necesidades de mano de obra en función de la fase del proyecto y los requerimientos técnicos. Eliminar este tipo de contrato podría generar obstáculos significativos para el desarrollo de infraestructura y la industria de la construcción en general, afectando tanto a las empresas como a los trabajadores.

Intentar formalizar a los trabajadores es una iniciativa buena. La lucha por los derechos ha sido un trabajo de muchos años y las conquistas no han sido fáciles. Sin embargo, no se puede olvidar el trabajo de los empresarios. Ellos son la fuerza que genera riqueza para la sociedad y quienes emplean a los trabajadores. Sin ellos, sencillamente colapsaría el sistema.

Modificar sustancialmente el contrato de prestación de servicios y de obra en ciertas industrias, como los bares, restaurantes y la construcción, tendrá un impacto negativo en la economía y el empleo. La formalidad en el empleo pasa por apoyar las empresas para que generen más trabajo, no en obligarlos a tomar un solo camino. Pero para ello, hay que alejar la ideología y acercar la realidad. El problema en este caso es que el ejecutivo no parece estar dispuesto a eso.

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