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Tribuna Universitaria 22/12/2023

Entre incertidumbre y esperanza

Juan Manuel Nieves R.
Estudiante de Comunicación Política
JUAN MANUEL NIEVES

Charlando con varios amigos de distintos sectores del país, todos coinciden en que este año fue muy parecido a una montaña rusa, con altibajos. Algunos sectores se mantuvieron estables, mientras que otros están entrando en crisis, y las prometidas reformas del congreso siguen en vilo para el próximo año. ¿Qué puede pasar en 2024 con la seguridad y la economía? ¿Y qué medidas se pueden tomar para consolidar los avances y superar las dificultades?

En cuanto al tema de seguridad, Colombia continúa sufriendo las consecuencias de décadas de conflicto armado que no se han resuelto con la desmovilización de las Farc. Por el contrario, numerosos grupos armados ilegales, como el ELN, las disidencias de las Farc y el Clan del Golfo, siguen operando en el territorio nacional, alimentados por economías ilícitas como el narcotráfico y la minería ilegal. La presencia del Estado es débil o nula. Según el informe de Indepaz, en 2023 se registraron más de 250 homicidios de líderes sociales y más de 60 de excombatientes de las Farc.

Ante este panorama, el gobierno de Petro anunció una política de paz total que busca negociar con el ELN y lograr el desarme voluntario de los demás grupos armados mediante la oferta de beneficios jurídicos, económicos y sociales. Sin embargo, esta política enfrenta varios obstáculos, como la falta de voluntad de algunos grupos para dialogar, la resistencia de sectores políticos y sociales que la consideran una claudicación frente al terrorismo. Además, la inseguridad ha crecido: han resurgido los secuestros, los ataques a pueblos y el enfrentamiento entre bandas se ha recrudecido. En 2024, la seguridad seguirá deteriorándose y la violencia ya no será exclusiva de los campos, ya que las ciudades, azotadas por la delincuencia, verán un recrudecimiento fruto del narcotráfico desbordado, la consolidación de las bandas y la disminución de la moral de la fuerza pública.

En el ámbito económico, Colombia se enfrenta a una situación compleja marcada por la recuperación, la inflación, el desempleo y el déficit fiscal. Según el informe del Dane, la economía colombiana tuvo un decrecimiento de 0,3% en el tercer trimestre de 2023 debido a la caída de sectores como la industria manufacturera, el comercio y la construcción. Aún no se ha publicado el dato del cuarto trimestre, pero se estima que también será negativo debido al efecto de la inflación, el desempleo y la incertidumbre política.

Se prevé que la inflación, que cerrará alrededor de 8,5%, se estabilice en torno a 6%, dentro del rango meta del Banco de la República, el cual reducirá gradualmente las tasas de interés. El desempleo, que alcanzó 14% en 2023, se espera que disminuya lentamente, pero seguirá en niveles elevados, afectando sobre todo a los jóvenes, las mujeres y los trabajadores informales. El déficit fiscal, que se ubicó en 5,5% del PIB en 2023, requerirá una reforma para reducir el gasto público. Sin embargo, es probable que el gobierno no siga la línea de reducir el gasto; su política de subsidios y crecimiento del Estado aumentará, y tratará de utilizarla para obtener la aprobación de las reformas. Los partidos políticos deberán hacer un cálculo meticuloso, ya que, debido al desprestigio del gobierno, la aprobación de las reformas les costará en las urnas. Por lo tanto, no se vislumbra la aprobación de lo que intenta el Ejecutivo.

La gobernabilidad del presidente Petro seguirá disminuyendo debido a los problemas del país y las promesas incumplidas, lo que probablemente desencadenará movilizaciones sociales. No se avizora 2024 fácil; mientras tanto, es necesario seguir trabajando y esperar que este chaparrón sea pasajero.

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