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Analistas 12/04/2022

¿Volver a cine?

Juan Isaza
Estratega de comunicación

Hace años que estamos escuchando el vaticinio del fin de los teatros de cine. Algunos dijeron hace décadas que las pantallas en casa los acabarían. Pero fue Netflix quien pareció golpearlos más duro, principalmente cuando sus grandes producciones estaban disponibles casi al mismo tiempo en los teatros que en streaming. El golpe de gracia fue sin duda la pandemia. En una investigación reciente de Harris Poll, se estableció que más de 80% de los norteamericanos no han pisado un cine desde marzo de 2020.

Generacionalmente, parece que los teatros ya no recuperarán al grupo más adulto. No solo porque es el que más preocupación puede tener de contagiarse en un lugar público, sino porque la realidad es que los teatros hoy viven más que nunca, de los lanzamientos de las películas que justamente no les atraen a los mayores.

Basta ver la cartelera para encontrarnos que una tercera parte son películas principalmente dirigidas a los niños, otra tercera parte son secuelas de superhéroes y quizás el tercio restante sean comedias o historias variadas que atraen segmentos dispersos. Las investigaciones muestran que los millennials son la principal, quizás la única, audiencia que le quede a las salas de cine.

Y esto ocurre porque las salas de cine están aplicando la estrategia equivocada. No han entendido al consumidor pospandemia. Se han aferrado a su función histórica (el estreno en primicia) en vez de definirse como una experiencia que va mucho más allá del contenido. La gente no volverá al teatro porque la película no esté disponible en las plataformas sino porque quiere ver la película de otra manera.

Para algunos lo mejor de ir al teatro es que verdaderamente se concentran en la película, no tienen la opción de poner ‘pausa’ o de sentir la interrupción con lo que pasa en sus casas. Para otros, es el tamaño de la pantalla, la intimidad y el ambiente que proporciona. Lo es también la comida, ahora que muchos teatros se han convertido en restaurantes a la carta. Ahí está la gran oportunidad para hacer que la gente vuelva a los teatros.

Toda la gente. No solo los millennials. No solo los padres con hijos o los amantes de los superhéroes.
Por eso resulta absurdo ver carteleras en las que el 80% de las funciones de todo un complejo de teatros sean para la misma película, dejando sin opción a quienes quieren otro tipo de cine. Lo que no entienden los exhibidores es que el daño que les han hecho las plataformas de streaming no es porque la gente pueda ver los contenidos en la casa sino porque en esas plataformas hay variedad. Claramente, los teatros nunca podrán ofrecer tal variedad, pero sí podrían ofrecer más alternativas.

Si hay un paradigma que nos ha roto Netflix es que la serie más vista puede ser coreana o turca y que las películas o documentales que jamás pensaríamos que serían populares, se convierten en tendencia en pocos días. Creo que los teatros de cine tienen mucho que aprender de eso. Las películas de cine arte que por años estuvieron condenadas a vivir en salas aisladas donde solo iban intelectuales, podrían ser la salvación de los teatros que necesitan sumar más opciones para traer de vuelta otros públicos. Hacer la experiencia del cine otra vez un plan para todos puede ser la mejor forma de recuperación pospandemia que salve una experiencia que muchos echamos de menos.

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