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Analistas 20/12/2018

Una política geoespacial para el desarrollo

Juan Carlos Restrepo P
Presidente Llorente & Cuenca Colombia
Analista LR

Tres eventos cercanos marcan un claro “relanzamiento” de la ruta de Colombia hacia un desarrollo apalancado en las comunicaciones satelitales, algo que fortalecerá las capacidades nacionales, generando mayores oportunidades de desarrollo en un mundo cada vez más interconectado.

En primer lugar, el 28 de noviembre pasado Colombia puso en órbita el primer satélite de observación de la tierra, el FAC SAT I, desarrollado con el fin de promover la educación científica y estimular el uso de la tecnología satelital, y cuya dirección y operación se hará desde su escuela de formación Marco Fidel Suárez. Este segundo satélite puesto en órbita por Colombia tendrá un impacto significativo en la expansión del capital intelectual del país, cerrando brechas de conocimiento y generando oportunidades de innovación.

En segundo lugar, nuestro país se encuentra cercano a aprobar un documento de política geoespacial (Conpes) denominado “Política de Desarrollo Satelital para el Impulso de la Competitividad Nacional”. Este le dará al país una visión estratégica de largo plazo relacionada con el desarrollo de tecnología satelital para las comunicaciones, la educación, la agricultura, el cambio climático, el manejo de desastres, y por supuesto la seguridad nacional. El documento se enfoca en resolver las fallas de mercado que han impedido el desarrollo de una economía satelital, en darle al país una visión estratégica sobre la materia, y en fijar una gobernanza clara determinando el rol de las entidades involucradas. Hoy en día Colombia cuenta con la denominada Comisión Colombiana del Espacio, que, por falta de claridad en su rol frente a las entidades del gobierno, no ha jugado un papel relevante.

Mientras otros países en vía de desarrollo evolucionaron con políticas comprehensivas en materia geoespacial, la discusión aquí se ha centrado en si debemos tener una agencia espacial, y si compramos un satélite, tema que no ha estado exento de melosos intereses. Mientras tanto, empresas extranjeras proveedoras de servicios satelitales, le venden sus productos al detal a usuarios públicos y privados en Colombia, a costos unitarios que nos han impedido disfrutar de economías de escala, y de todos los beneficios que generaría abrir nuestros horizontes a la investigación, la educación, la creación de empresas proveedoras de insumos y el lanzamiento y operación misma de los satélites y sus servicios.

Finalmente, esta semana se reúnen en Brasilia, policy-makers del hemisferio occidental en la Comisión Interamericana de Telecomunicaciones (Citel) para buscar consenso en la distribución del espectro electromagnético para proponer a la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones (WRC) de 2019, y otros aspectos generales. Allí pujarán las distintas tecnologías de las comunicaciones (como las satelitales y las de telefonía celular como la 4G y la 5G) por un espacio balanceado y razonable dentro de las limitadas autopistas de la información.

Nuestros policy-makers deben buscar alcanzar con sus colegas de otros países, un balance que satisfaga la mayor cantidad de intereses nacionales. Será fundamental que los representantes del gobierno en la reunión de Citel, y en la Conferencia Mundial de Telecomunicaciones de 2019 lleven una posición que refleje una aproximación local y global a las radiocomunicaciones que preserve el espacio ganado por la conectividad satelital que se requiere para el florecimiento de la política de desarrollo satelital que el gobierno en buena hora se dispone a aprobar.

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