Nadando en subsidios

Desde el Gobierno Nacional hoy se destina una cantidad incalculable de recursos a la población a través de una varios programas, subsidios y transferencias, sin embargo, la dispersión de los recursos, no permite que los ciudadanos vean con claridad el esfuerzo del Estado, con participación de la sociedad, por otorgarles beneficios, mejorar su calidad de vida y generar bienestar. En muchos casos es incluso difícil darse cuenta de que se está siendo beneficiario. Es claro que los recursos se deben distribuir y enfocar de mejor manera, pero no por esto se puede desconocer la función que cumple el Estado en la dotación de bienes públicos en favor de los colombianos y en especial de los más vulnerables.

Hablemos entonces de algunos de ellos. Ya se ha hablado en extenso de las transferencias monetarias directas que esta población recibe. Programas como familias en acción, jóvenes en acción, adulto mayor e ingreso solidario, se constituyen en un recurso para la libre disposición de sus beneficiarios y que les permite satisfacer en parte sus necesidades básicas. Hoy se puede decir que 40% de las familias colombianas son beneficiarios de estos recursos. Sin embargo, no son estos los únicos recursos que ellos reciben. Si se continúa con el análisis, se observa que los servicios públicos de agua, luz y gas se encuentran subsidiados, lo que conlleva a que el Gobierno Nacional, a través de recursos del presupuesto nacional, pague a las empresas prestadoras entre 15% y 50% de las facturas de los ciudadanos, con lo cual se beneficia a más de 65% de los hogares. En materia de salud, es bien conocido que las personas que tienen empleo deben contribuir al sistema de seguridad social, pero todo aquel que no cuente con los recursos, está cubierto por el régimen subsidiado con lo que él y su familia pueden acceder a todos los servicios para garantizar su salud y bienestar. Con este sistema se atiende a cerca del 60% de la población. En materia de educación, la matrícula en las instituciones públicas, también la paga la Nación.

Si una persona quiere comprar vivienda VIS o VIP y cumple con los requisitos, el presupuesto nacional le otorga una parte de la cuota inicial y adicionalmente subsidia parte de los intereses para que su cuota mensual sea menor, el subsidio a la tasa también aplica para personas de ingresos medios que quieran adquirir vivienda de cerca de los $500 millones.

Otro gran esfuerzo que el Estado efectúa en favor de los ciudadanos es el subsidio a los combustibles, si se observa hoy el precio de la gasolina, por ejemplo, esta debería estar cercana a los $15.000 por galón y hoy no estamos pagando por la misma $10.000. Esto se debe a la intención de evitar la inflación por un mayor costo tanto de los alimentos como del transporte público. Este subsidio debe revisarse pues beneficia en mayor medida a quienes más recursos tienen, pues son los propietarios de vehículos los mayores beneficiarios.

De otra parte, como se ha mencionado muchas veces y genera una inmensa discusión, quienes acceden a pensión a través de Colpensiones, reciben un subsidio por parte del Estado que va aumentando en la medida en que mayor es la pensión, es decir, quien más gana, recibe un mayor aporte por parte del Estado. Si se observa este es el auxilio peor dirigido y que mayor desigualdad genera, debe recordarse que sólo uno de cada cinco colombianos se logra pensionar. Este es el subsidio de los ricos.

Teniendo en cuenta lo anterior, en primer lugar, resulta inadmisible que los ciudadanos desconozcan todo lo que el Estado hace por ellos y, en segundo lugar y más importante, es imperativo hacer un análisis de la cantidad de programas y subsidios que el Estado otorga, con el fin de simplificarlos y orientarlos de la mejor manera, con el propósito de lograr mayor impacto y una mejor redistribución de los recursos para disminuir la inequidad y para poder exigirle a los ciudadanos que contribuyan eficazmente con la financiación de los mismos a través del real y efectivo pago de impuestos.