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Analistas 14/09/2022

Minas y energía, un sector clave

Juan Alberto Londoño Martínez
Ex viceministro de Hacienda

El sector que más ha dado de qué hablar en este primer mes de Gobierno y en el que se centran las mayores y más importantes discusiones, es el de minas y energía. El futuro del país está ligado a decisiones que se tomen en este sector. El costo de la energía, el precio de los combustibles, el déficit del Estado a causa de los subsidios a los mismos, la autosuficiencia energética y la seguridad jurídica de nuestro país.

Es un hecho la gran alza de las tarifas de energía, los cuales entre agosto de 2021 y 2022, se han incrementado en 25.9% a nivel nacional, presentándose cifras bastante más altas en la costa atlántica. Debe entenderse que este es un fenómeno mundial y que Colombia es incluso el segundo país de menores aumentos dentro de la OCDE que en promedio se encuentra en niveles superiores al 50%. Todo el mundo está buscando soluciones para combatir este fenómeno que tiene una multiplicidad de causas. Las medidas están encaminadas a limitar sus alzas o en su defecto a subsidiar las tarifas, debe recordarse que históricamente en Colombia se viene dando este fenómeno y en el estrato 1 el subsidio es de hasta el 60%, en el 2 del 50% y en el 3 del 15%. En consecuencia, es el Estado el que en mayor medida asume las alzas en la tarifa.

La discusión frente a los mecanismos de indexación de los precios de la energía atados al IPP, cuenta con todos los argumentos técnicos y es válida, así como analizar si se deben remunerar las pérdidas en especial por robos. Sin embargo, el país cuenta con la institucionalidad independiente y robusta que garantiza que las tarifas reflejen los costos y garanticen las inversiones que se requieren para asegurar la energía actual y futura. En consecuencia, asumir las funciones que hoy tiene la Creg y tomar estas decisiones desde el gobierno nacional, genera absoluta incertidumbre y atenta contra la seguridad jurídica.

Otro componente de la discusión se encuentra en el precio de los combustibles, concuerdo con que el subsidio que se está otorgando es regresivo y en especial en materia de gasolina, ya que los beneficiarios son en especial los de mayores ingresos y los dueños de vehículos y, de otra parte, que a estos recursos se les puede dar una mejor destinación. Sin embargo, debe entenderse que los precios de los combustibles a nivel internacional han tenido una escalada a sus máximos históricos, razón por la cual, igualarlos de forma inmediata, resulta absolutamente inviable. La discusión debe darse en cuanto a la fórmula con la que se determina el precio. No tiene mayor sentido que se cobren impuestos al consumo de gasolina, pero al mismo tiempo se subsidie su valor y se pretenda una transición energética acelerada. Hoy el consumo de gasolina está gravado con los siguientes impuestos, el global, el IVA, el del carbono y la sobretasa. Esto lleva a que de su precio, cerca de un 25% sea pago de impuestos. Con todos estos gravámenes no se alcanza siquiera a cubrir el monto del subsidio que se viene otorgando.

La discusión frente a los subsidios a los combustibles debe separarse, no es lo mismo hablar de gasolina que de Acpm . En este momento incrementar el valor del Acpm produciría un efecto inflacionario de incalculables consecuencias, dado que este combustible afecta directamente el costo del transporte público y la gran mayoría del transporte de carga, su aumento impactará directamente la canasta familiar y el costo de vida de las personas de menores ingresos. El subsidio al Acpm es fundamental en este momento. Lo anterior debe llevar a ampliar la discusión en cuanto al desarrollo de la actividad extractiva, toda vez que perder la autosuficiencia en hidrocarburos haría que los mismos aumentaran su valor de forma acelerada. Resulta absolutamente indispensable que se asegure y se continúe con la exploración y explotación de hidrocarburos y se garanticen las nuevas inversiones en el sector, así como también, deben revisarse los impuestos propuestos para garantizar su viabilidad como uno de los sectores productivos que genera mayores rentas para la Nación.

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