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Analistas 04/11/2022

Infraestructura y cambio climático

José Joaquín Ortiz García
Presidente de Joyco
La República Más

Los ingenieros, con nuestro trabajo, le hemos dado forma al mundo; lo que actualmente conocemos como el “entorno construido”. Esto incluye asentamientos humanos, vías de comunicación entre estos, sistemas de generación y transmisión de energía, de provisión de agua y tratamiento de residuos; puertos y aeropuertos, plantas industriales, en fin, todos los activos físicos que soportan las necesidades básicas, como la vivienda, el transporte, la salud o la educación. Claramente, no han sido solo los ingenieros, sino también los profesionales y técnicos de otras áreas del conocimiento que aportan a la materialización de dicho entorno.

En pocos días arranca en Sharm El-Sheikh, Egipto, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), entre el 6 y 18 de noviembre, donde se evaluarán los avances hacia el cumplimiento de los objetivos fijados en la cumbre pasada, COP26, plasmados en el “Pacto de Glasgow para el clima”.

Estas metas son ambiciosas y buscan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para llegar a ser carbono neutral a 2050. Lograr esta meta es vital, según lo explican los expertos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (Ipcc), para evitar que el planeta se caliente 1.5 grados centígrados por encima de la temperatura registrada en épocas preindustriales (1850).

Como lo indica Bill Gates, en su libro ‘Cómo evitar un desastre climático’, actualmente se emiten 51.000 millones de toneladas de CO2 equivalentes cada año, y la meta es llegar a cero, es decir, que las emisiones y absorciones netas de carbono alcancen cero en 2050. También enuncia que la generación de GEI provienen de cinco fuentes: producir energía, construir cosas, cultivar productos, calentar o enfriar edificios y viviendas, y mover gente y bienes.

En Colombia, tenemos la ventaja de que la producción de energía es principalmente renovable (hidroeléctricas), y que estamos construyendo parques solares y eólicos. Allí tendremos que avanzar aún más. La reducción de la pobreza en Colombia y su crecimiento económico vendrá de la mano de un alza en la producción de energía e infraestructura y mejoras en logística. Es acá donde los profesionales que trabajamos en esta industria debemos contribuir con nuestro ingenio para que las iniciativas se planeen y diseñen amigables con el ambiente.

Las emisiones por las operaciones de las firmas de ingeniería, especialmente las consultoras, son mínimas, en comparación con las que se producen con la construcción de activos físicos, como las obras de infraestructura. Estos proyectos generan emisiones de carbono que quedan incorporadas en las estructuras, principalmente por los materiales usados. Los ingenieros de dichos proyectos están en capacidad de elegir las alternativas que minimicen las emisiones de carbono y provean infraestructura resiliente a desastres o eventos climáticos.

Es imprescindible desarrollar las habilidades climáticas en los ingenieros y profesionales de la industria para aumentar su competencia mediante una “alfabetización del carbono”. Esto permitiría que en su labor cotidiana pudieran tomar decisiones para reducir el carbono incorporado en sus diseños, entender cómo los eventos climáticos podrían afectar el desempeño futuro y la continuidad del servicio durante la vida útil del activo, para así construir una mayor resiliencia. Finalmente, es clave visualizar si la creación o entrega de la infraestructura podría afectar el nivel de riesgos climáticos para otros.

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